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PEKÍN

Pekín califica de «matonismo comercial» la estrategia de Trump

El Gobierno de China acusó ayer al de Estados Unidos de «matonismo comercial», en el día en el que entraron en vigor los nuevos aranceles a las exportaciones chinas al mercado estadounidense, por valor de 200.000 millones de dólares, y tarifas similares a las ventas procedentes del país norteamericano al asiático por 60.000 millones.

En un clima de creciente tensión entre las dos principales economías mundiales, que se hallan inmersas en una guerra comercial que algunos expertos vaticinan que durará años, ayer entraron en vigor las nuevas tarifas que penalizan mutuamente sus exportaciones.

Las de China, más moderadas de lo esperado según comentó la agencia Efe, se aplicarán a 4.000 tipos de exportaciones estadounidenses, que van desde el gas natural licuado hasta componentes de automóviles, a los que se impondrá tasas de entre el 5% y el 10%.

Esta es la respuesta de Pekín a las nuevas tarifas impuestas a exportaciones chinas en el mercado estadounidense por valor de 200.000 millones de dólares, que se aplicarán a más de 5.500 productos, entre ellos bolsos, textiles o arroz.

Los nuevos aranceles se unen a los que ya se habían aplicado mutuamente a exportaciones por valor de 50.000 millones de dólares. La guerra comercial se inició en julio, a raíz de que Trump acusara a China de mantener un excesivo superávit comercial con EEUU y presionara para reducirlo de forma acelerada bajo la amenaza de penalizar todas las exportaciones si no tomaba medidas, lo que podría ocurrir a principios de 2019.

Informe oficial

En la jornada de ayer, festiva en China por las celebraciones del Medio Otoño, las autoridades declinaron reaccionar oficialmente a la nueva ronda de aranceles dictada por el Gobierno de Donald Trump, aunque el Ejecutivo publicó un informe sobre las tensiones comerciales con EEUU en el que declara que hay un creciente «matonismo comercial» de Washington hacia Pekín. El documento subraya que la política de “América primero (America first)”, abanderada por Trump desde su llegada al poder en 2017, «ha abandonado las normas fundamentales del respeto mutuo y las consultas igualitarias que guían las relaciones internacionales».

«En lugar de eso, EEUU ha defendido sin pudor el unilateralismo, el proteccionismo y la hegemonía económica, arrojando falsas acusaciones contra muchos países, particularmente China», indica el texto oficial.

Las tarifas son una «presión extrema» a la que China ha intentado responder con «el mayor nivel de paciencia y buena fe», mientras Washington «se contradice a sí mismo y reta constantemente» a la economía china, prosigue.

Pesimismo en los mercados

Las bolsas de Shanghai y Shenzhen, cerradas por ser festivo, no reaccionaron ayer al recrudecimiento de la guerra comercial, pero sí lo hizo la de Hong Kong, con una pronunciada caída del 1,62% y marcados descensos en prácticamente todos los valores estrella del índice Hang Seng.

El pesimismo de los mercados se ve exacerbado por los rumores de que China ha decidido cancelar una nueva ronda de negociaciones entre delegaciones de ambos países para intentar poner fin al conflicto arancelario, según aseguraba el fin de semana la prensa estadounidense.

El pasado 13 de setiembre, Pekín confirmó que había recibido una invitación de Washington para conducir esta nueva ronda, que sería la quinta, pero había establecido como condición previa que Estados Unidos mostrara buena voluntad.

No obstante, el informe gubernamental publicado ayer insistía en la necesidad de reiniciar las negociaciones con EEUU, siempre que estas se basen en «respeto mutuo e igualdad».

Bruselas reclama a Londres 2.700 millones

En plena crisis de la negociación sobre el Brexit, la Comisión Europea dio ayer un ultimátum de dos meses al Gobierno británico para que pague 2.700 millones de euros al presupuesto europeo por un fraude sobre derechos de aduana que afecta a importaciones procedentes de China, con la amenaza de elevar el caso ante el Tribunal de Justicia de la UE si no lo hace. El caso está relacionado con un informe elaborado por la Oficina Antifraude de la UE (OLAF, por sus siglas en francés) que desveló que un conjunto de importadores a Gran Bretaña evadieron una «gran cantidad» de derechos de aduana usando facturas y declaraciones de importación falsas.

«A pesar de haber solicitado que se llevaran a cabo medidas apropiadas de control de riesgos, Reino Unido no adoptó ninguna acción efectiva para prevenir el fraude», explicó el Ejecutivo comunitario. En consecuencia, ha dado el siguiente paso en el procedimiento europeo de infracción enviando a Londres un dictamen motivado. GARA