Dabid LAZKANOITURBURU

Rusia refuerza el poder antiaéreo de Siria en respuesta, y aviso, a Israel

Una semana después de que un caza ruso con 15 soldados a bordo fuera abatido por fuego amigo en medio de un bombardeo israelí, Rusia anunció que reforzará la defensa antiaérea de Siria y creará una zona de exclusión aérea en la ribera mediterránea del país árabe. Toda una clara respuesta-advertencia a Israel.

Rusia anunció que desbloqueará el suministro a Siria del sistema de baterías antiaéreas S-300, decidido en 2010 pero bloqueado desde entonces por la oposición de Israel, con el que el Kremlin, desde la era soviética, ha mantenido buenas relaciones.

El ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, anunció en una comparecencia televisada que Rusia entregará a Damasco en un plazo de dos semanas los S-300, «capaces de interceptar aparatos aéreos a una distancia superior a 250 kilómetros y abatir simultáneamente varios objetivos (...) Estamos convencidos de que la puesta en marcha de estas medidas enfriará a las mentes calenturientas e impedirá los actos irreflexivos que ponen en peligro a nuestros militares», añadió en un mensaje más que transparente a Israel.

No fue esa la única medida anunciada por Shoigu, quien quiso «subrayar que en 2013 suspendimos el suministro de los S-300 a Siria por petición de la parte israelí. Ahora la situación ha cambiado, y no por nuestra culpa».

Actualmente, los S-300, operados siempre por el Ejército ruso, están desplegados alrededor de la base naval de Tartus. Los más modernos S-400 están desplegados en la también rusa base militar aérea de Hmeinim.

Zona de exclusión aérea

Así, Shoigu anunció asimismo que en la zona del Mediterráneo próxima a Siria será «inhibida radioelectrónicamente la navegación por satélite, así como los radares de a bordo y los sistemas de comunicación de los aviones de combate que ataquen objetivos en territorio sirio». «De hecho, se trata de una zona de exclusión aérea para aquellos que cometen actos de agresión», comentó por su parte a la agencia Interfax el general retirado Leonid Ivashov, exjefe de Cooperación Internacional del Ministerio de Defensa ruso, quien aseguró que su creación «es un derecho que tienen Siria y Rusia, y se corresponde con el derecho internacional»,

Según el vicepresidente del Comité de Defensa de la Duma o Cámara de Diputados de Rusia, Yuri Shvytkin, los medios de lucha radioelectrónicos «cegarán» a los aviones que intenten atacar Siria desde el Mediterráneo. Shvytkin indicó que dependiendo del tipo de inhibidores radioelectrónicos que se empleen, estos pueden afectar el funcionamiento no solo de la aviación, sino también de buques de superficie y unidades terrestres.

Moscú no solo suministrará misiles S-300 a Siria, sino también dotará a sus unidades antiaéreas de sistemas de mando automático que solo tienen las Fuerzas Armadas de Rusia.

Relaciones «dañadas»

De nada parece haber servido la visita a Moscú del jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire israelí y sus explicaciones.

Tel Aviv tuvo que reconocer, algo inhabitual, que su aviación bombardeaba depósitos de municiones en la provincia de Lataquia cuando el Iliuchine (Il-20) ruso fue abatido por fuego antiaéreo sirio pero insiste en que sus cazas «no se parapetaron detrás de ningún aparato» y que «se encontraban en el espacio aéreo israelí cuando el avión ruso fue abatido». Moscú insiste en que fue advertido de la operación con un minuto de antelación y en que los pilotos israelíes utilizaron el Il-20 como escudo. Con todo, el propio ministro de Defensa ruso señaló que el suministro de S-300 y de otros sistemas antiaéreos a Damasco «garantizará lo más importante, la identificación de todas la naves aéreas rusas por la defensa antiaérea siria».

El Kremlin endurece el tono

El Kremlin no tiene ninguna duda y su portavoz, Dmitri Peskov, insistió en que los expertos militares rusos consideran que el derribo fue provocado por «acciones premeditadas de los pilotos israelíes», lo que, «sin duda, es imposible que no dañe» las relaciones entre Rusia e Israel. «El avión no fue abatido por un misil israelí, gracias a Dios –advirtió–, pero fue solo posible por los actos de pilotos israelíes».

Pese a que reaccionó en un primer momento rebajando el tono inicial, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, habló por teléfono con su homólogo sirio, Bashar al-Assad, para anunciarle esas medidas.

Lo que está claro es que la guerra siria ha devenido un peligrosísimo escenario de pugnas e intereses cruzados entre potencias regionales y mundiales.

Ankara tendrá problemas para convencer a los yihadistas e incluso a sus apadrinados rebeldes

La negativa de grupos yihadistas en torno a Al Qaeda a aceptar el acuerdo ruso-turco para crear una zona tampón en el corazón de Idleb a cambio de congelar la ofensiva final contra la provincia y las reticencias de grupos rebeldes apadrinados por Ankara dan la razón a los expertos y el escepticismo sobre el éxito de la iniciativa.

El Frente Ansar al Din (Partidarios de la Religión) y la Organización Horas al Din (Guardias de la Religión) llaman a «seguir la yihad». Por lo que respecta a Hayat Tharir al-Sham (HTS, Organismo para la Liberación del Levante), coalición que agrupa a la sección siria de Al Qaeda y controla el 60% de la provincia y el 70% de la zona a desmilitarizar, su órgano de propaganda Ebaa se ha mostrado escéptico, pero el grupo hizo público un comunicado en el que saludaría «el gran esfuerzo y un claro triunfo de la diplomacia turca». Ankara buscará dividir al HTS valiéndose de su ascendiente sobre los yihadistas uigures y llevarse a los irredentos, pero ¿a dónde?.

Por si esto fuera poco, grupos rebeldes proAnkara como el FNL desconfían de los rusos, sirios e iraníes y se resisten a entregar su armamento pesado.GARA