Koldo LANDALUZE
PÁJAROS DE VERANO

La sangre de la tierra

La visión parcial que hasta el momento hemos tenido del narcotráfico, acaparada por la óptica estadounidense, salta en pedazos en esta sobresaliente película que nos acerca a los orígenes de un negocio enraizado en la cultura, el caos y, sobre todo, en un negocio muy lucrativo.

La cámara compartida por Ciro Guerra y Cristina Gallego regresa a los orígenes del narcotráfico en Colombia a través de un filme brillantemente ejecutado a través de cuatro actos que coquetean con el thriller, el western de reminiscencias leonianas, el drama y lo ancestral.

Enmarcada en la agreste escenografía del desierto de Guajira, seguimos el periplo de un clan familiar de la tribu Wayuu cuya mecánica cotidiana cambia por completo en cuanto los ‘hippies gringos’ caigan seducidos por el embrujo lisérgico de las “hierbas salvajes”.

De esta manera, la supervivencia mediante los rebaños de cabras cambiará por completo gracias a la marihuna que asumirá el rol de cuchillo de doble filo, redentor y ejecutor. En mitad de este territorio enclavado en la nada y habitado por gentes orgullosas y apegadas a su cultura ancestral, asoma una familia que se encontrará en la difícil disyuntiva de seguir exprimiendo la teta estadounidense a través de la droga o, por el contrario, seguir apegados con respeto a una conducta siempre vigilada rigurosamente por los espíritus ancestrales.

Siempre invisibles pro rigurosos en sus conclusiones, su dictamen asoma a través de sueños que indicarán el rumbo por el que transitará la crónica de una tragedia en la que el apego a las tradiciones choca frontalmente con las plagas que llegaron del exterior y que amenazan con arrasar con su pasado milenario.