Koldo LANDALUZE
DONOSTIA
Elkarrizketa
JOSÉ LUIS REBORDINOS
DIRECTOR DE ZINEMALDIA

«La 66 ha sido la edición más destacada de los últimos años»

Nacido en Errenteria en 1961,  José Luis Rebordinos es licenciado en Pedagogía Especial. Director de la Unidad de Cine de Donostia Kultura durante 22 años. Director durante 21 años de la Semana de Cine Fantástico y de Terror y durante 8 del Festival de Cine y Derechos Humanos. Durante 22 años ha dirigido la colección de libros Nosferatu. También es miembro de la EFA (European Film Academy).

Cansado pero satisfecho de todo lo que ha acontecido durante la 66 edición de Zinemaldia, su máximo responsable, José Luis Rebordinos, no duda un instante en señalar que «la valoración no puede ser más positiva. Ha sido una de las ediciones más completas e intensas de los últimos años, incluida la 60 en la que el listón se colocó muy alto debido a lo emblemático que supuso aquella cita. Este año hemos mantenido un equilibrio más que sobresaliente porque hemos contado con un excelente ramillete de películas en la Sección Oficial y también ha coincidido que las visitas han sido numerosas y han despertado un gran interés y, además, el buen tiempo ha ayudado mucho a que todo ello haya tenido su eco en la calle. Va a ser muy difícil que en las próximas ediciones podamos contar con algo similar y esto nos invita a que sigamos con los pies en el suelo pero muy satisfechos de todo lo que ha ocurrido estos días porque supone un premio a la labor que hemos realizado durante todo el año».

La Sección Oficial incluyó dos tendencias muy diferenciadas, el cine que apuesta por el riesgo y el cine como reflejo de lo que acontece en la sociedad. Visto el palmarés, parece que esta segunda opción ha sido la más valorada por el jurado.

Estoy de acuerdo en que ha habido dos “posiciones” o “visiones” muy diferentes y claras pero yo añadiría una más, el cine de género que ha sido representado con filmes como la surcoreana “Illang: la brigada del lobo”, enclavada en el thriller, o “The Black Book” o “Angelo” enraizadas en un estilo de drama de época. Nunca doy mi opinión en torno al palmarés por respeto a la decisión que adopta el jurado y porque no es mi labor enjuiciar, pero a título personal me ha gustado que la película de un autor como Brillante Mendoza, muy habitual en Cannes o Berlín y que es la primera vez que viene a Donostia, haya visto recompensada su labor. Y, por supuesto, me alegró mucho que Isaki Lacuesta lograra la Concha de Oro. En el caso de Lacuesta, este segundo premio ha tenido una especial importancia ya que el anterior que logró con “Los pasos dobles” no fue muy bien recibido por la crítica. En esta ocasión, con “Entre dos aguas” ha logrado una unanimidad que ha puesto de manifiesto la gran calidad que atesora este filme que no es solo una excelente y coherente prolongación de “La leyenda del tiempo”, sino que es su mejor película hasta el momento. También filmes tan complicados como el que planteaba Claire Denis han sido galardonados por Fipresci, lo cual también otorga un plus a nuestro favor a la hora de incluir filmes de estas características. En cuanto a lo que dices sobre el gran valor que se ha otorgado a películas fuertemente enraizadas en lo social o lo político, estoy de acuerdo. Películas como la del propio Mendoza que explora la corrupción en Filipinas, la película “Rojo” que nos muestra el prólogo a la barbarie de la dictadura argentina o Lacuesta, que perfila un paisaje desolador fuertemente ligado a la realidad que se vive en el Estado español, ponen de manifiesto el gran interés de muchos autores depositan en nuestra realidad más próxima.

Todo ello también tuvo su prolongación en la entrega de premios. ¿Recuerda alguna gala en la que los discursos hayan incluido tantas referencias reivindicativas?

La verdad es que no. De todas las ediciones en la que yo he estado al frente ha sido la que mayor tono reivindicativo ha tenido en los discursos de agradecimiento. Louis Garrell recordó al cineasta ucraniano Oleg Sentsov, preso en Rusia desde 2014 y en huelga de hambre desde el pasado mayo, Darío Grandinetti recordó el horror de la dictadura argentina y advirtió del progresivo avance del fascismo, Paul Laverty criticó el bloqueo a Cuba por parte de Estados Unidos e Israel o la autora de “Familias sumergidas”, María Alché, reclamó más voces de mujeres en el cine actual. 

La emotividad también ha tenido una relevancia muy especial en esta 66 edición. Tal vez, en este apartado, se han destacado los gestos y palabras de los tres premios Donostia.

Danny DeVito derrochó simpatía a cada instante. Es una persona muy inteligente y dotada de un gran sentido del humor y se quedó gratamente sorprendido de la respuesta que obtuvo por parte de la gente que le saludaba por la calle constantemente. En el caso de Hirokazu Koreeda fue muy especial porque es una persona que quiere mucho a este festival y nosotros a él. Nunca se cansa de repetir lo mucho que a supuesto para su carrera el paso que han tenido sus filmes en Donostia.

Además, y mientras recibió el galardón, se sentía muy afectado por la reciente muerte de Kirin Kiki, una actriz icónica de la cinematografía japonesa y musa de Koreeda. En la cena posterior a la entrega del premio, Koreeda todavía se sentía profundamente afectado por lo que vivió sobre el escenario del Victoria Eugenia y me enseñó las fotografías de Kirin Kiki la última vez que estuvo en Donostia. Es una persona dotada de una extrema sensibilidad.

También el premio de Judi Dench estuvo muy cargado de emotividad porque nos advirtieron que su discurso iba a ser muy corto. Tiene un problema en la visión bastante acentuado y ello podía afectarla mucho, pero ocurrió todo lo contrario, prolongó su discurso más de lo que esperábamos al comienzo. Dench me comentó que le sorprendía muchísimo que la gente en Donostia la conociese tanto y se mostró encantada del cariño y respeto que le depositó la gente durante su estancia.

 

Otro elemento a tener en cuenta en esta edición ha sido la gran pujanza adquirida por el cine vasco.

Esto es algo de lo que estamos muy satisfechos y especialmente orgullosos, y no solo por el gran cine que hemos disfrutado este año. Películas como “Dantza”, “Oreina”, “Black is Beltza” o el propio filme de animación “Un día más con vida”, codirigido por Raúl de la Fuente y Damian Nenow, entre otros muchos, conforman un presente muy prometedor en el que el cine vasco cuenta ya con una relevancia muy destacada. Pero es que el año que viene vamos a contar con otra serie de películas que aguardamos con gran interés y que viene de la mano de una nueva hornada de realizadores dotados de una gran calidad y que apuestan por el riesgo. Creo que desde las instituciones y las diferentes productoras se ha apostado por dar un mayor respaldo a algo que es una realidad cultural e industrial muy a tener en cuenta. Esta especial sensibilidad hacia nuestras producciones también nos permite realizar mejor nuestra labor de intermediarios e intentar expandir aún más el recorrido de estas películas a nivel internacional.

 

¿Qué imágenes guarda con especial cariño de la 66 edición?

Son muchas. Pero de todas ellas me quedo con el espectacular ambiente que hemos disfrutado en Donostia. Creo que este es un factor muy a tener en consideración y que hay que mimar. Me hubiera gustado tener una instantánea aérea de lo que se pudo vivir el sábado pasado en Donostia. Fue una auténtica pasada lo que se montó en la calle con la presencia de los estadounidenses Bradley Cooper y Chris Hemsworth. Ante semejante movimiento de gente nos advirtieron de la importancia que debía tener la seguridad. Nos dictaron diferentes pautas que debíamos seguir para evitar cualquier contratiempo, que por fortuna no ocurrió.

Somos conscientes de que es muy difícil que, en relación a las visitas de personalidades destacadas, volvamos a tener algo similar a lo que hemos tenido este año, creo que ni en certámenes como Venecia o Berlín ha pasado algo similar. No obstante, este tipo de apuestas tampoco figuran entre las prioridades de Zinemaldia.