Jornada de gran tensión entre los inversores, después de los varapalos sufridos por las bolsas de Estados Unidos y China de víspera.

El Dow Jones y el S&P 500 se hundieron más de un 3% el miércoles; y ayer, aunque con menor profundidad, también abrían a la baja. Con todo, el Ibex pudo parar, al menos en parte, el golpe propinado por el miedo desatado por los pronósticos de ralentización de la economía a escala mundial y la aparición de factores asociados al origen de las crisis económicas. El Ibex frenó su hemorragia bajista en los 9.007,90 puntos, tras ceder un 1,69%, su mayor descenso en cuatro meses. Pero pudo ser peor aún, puesto que a primera hora llegó a ceder los 9.000 puntos. Esta caída aumenta hasta el 10,31% su balance negativo en el año. En Europa también se impusieron los recortes: Fráncfort retrocedía un 1,48%, París, un 1,92%, y Londres, un 1,94%.

Este castigo a las bolsas europeas, que han visto muy de lejos la exhuberancia alcista de Nueva York de los últimos nueve años, tiene también otros responsables. El pulso de Italia a Bruselas por el aumento del gasto presupuestario amenaza la estabilidad europea, mientras se acerca la hora determinante para el Brexit, sin que exista todavía un acuerdo a pesar del acercamiento de posturas anunciado.

En el Ibex, protagonismo negativo para el sector de la energía. Endesa se dejaba un 4,49%, Acciona, un 4,36%, Naturgy, un 4,06%, y Repsol, un 3,72%. Entre el grupo de los grandes valores, destacaban las cesiones de Santander (-2,36%), Iberdrola (-2,30%) y Telefónica (-1,02%). Solo tres valores, con Grifols (+0,64%) al frente, terminaron con subidas. Dentro del Cac, los títulos de Axa (-3,52%), Total (-3,43%) y Veolia Environnement (-3,27%) fueron los peores.