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DONOSTIA

Hallan cinco grandes tinajas del siglo XVI en Donostia

Unas obras en un antiguo edificio de la Parte Vieja de Donostia han permitido descubrir, enterradas bajo el firme del portal, cinco tinajas de grandes dimensiones, que probablemente fueron utilizadas para almacenar aceite de ballena procedente de Terranova o tal vez aceite de oliva llegado desde Andalucía entre los siglos XVI y XVII.

El diputado guipuzcoano de Cultura, Denis Itxaso, y el teniente alcalde de Donostia, Ernesto Gasco, presentaron ayer este hallazgo junto al arqueólogo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi Alfredo Moraza, quienes comparecieron ante la prensa frente al número 4 de la calle San Lorenzo de la Parte Vieja donostiarra, donde ha tenido lugar el descubrimiento.

Según desveló Moraza, las vasijas, de cerámica y todas iguales, tienen 1,10 metros de diámetro y 1,50 metros de alto, y se encuentran aún semienterradas en el suelo a la espera de que la intervención arqueológica que se está desarrollando permita liberarlas completamente.

Moraza, quien no descarta que aún aparezcan nuevas tinajas porque el yacimiento se extiende fuera de la zona de trabajo actual, aclaró que, cuando fueron descubiertas, las vasijas estaban completamente enterradas salvo la boca por la que se vertía el aceite en su interior.

El experto detalló que, «alrededor de ellas, aún se podía apreciar la tierra manchada por la grasilla del aceite de ballena que se iba escapando», un producto que en aquella época era «de gran valor» porque, entre otros usos, se empleaba para la iluminación de las calles.

El investigador aseguró que este aceite era traído desde Terranova mientras que el de oliva llegaba desde Andalucía, tras lo que se almacenaban en este tipo de depósitos cerámicos a la espera de ser «recomercializados» en otros puntos o poblaciones.

El diputado de Cultura, Denis Itxaso, precisó que las tinajas, que serán trasladadas tras su extracción al depósito de materiales arqueológicos de la Diputación, Gordailua, situado en Irun, son «muy similares» a otras diez que fueron encontradas hace una década durante otras obras en el área de La Brecha, distante muy pocos metros del portal del nuevo hallazgo.

Aquellas diez tinajas halladas en 1998, que sirvieron entonces para confirmar la utilización de esta zona de la ciudad con fines comerciales desde hace al menos cuatrocientos años, también fueron confeccionadas en arcilla pero eran mayores, ya que medían 1,70 metros de altura, 1,30 de diámetro, y 5,30 de circunferencia, y contaban con una capacidad de 1.450 litros.

Todas estas piezas estaban apuntaladas en el suelo con piedras y los propietarios del almacén en el que se encontraban habían rellenado los huecos existentes entre ellas con arena como forma de fijación.

Aquellas vasijas, que también fueron empleadas para almacenar aceite y que procedían de Andalucía, permanecían en un buen estado de conservación e incluso una de ellas mantenía una inscripción con el nombre “Cristoval Mexía”, que probablemente correspondía al vendedor del producto. Por su parte, Gascó explicó que este descubrimiento demuestra que la ciudad era en aquella época «una plaza comercial, una capital de comerciantes donde, vinculados al puerto de San Sebastián y al de Baiona, se trasladaban elementos que en aquella época eran el petróleo de hoy en día».