El procurador de Baiona, Samuel Vueltas Simon, descartó ayer que «existan indicios sospechosos» en relación a la muerte de Bader Idrissi.

Este vecino de Pausu, de 35 años de edad, falleció hace ocho días en el hospital de Baiona, en donde ingresó grave tras su detención, el 10 de octubre. El arresto se produjo en una vivienda en la que el joven buscó cobijo tras entrar antes, según los testigos, «visiblemente alterado», tanto en la farmacia como en un bar sitos en el mismo barrio de Urruña.

El procurador confirmó, en declaraciones a Kazeta-Mediabask que la policía recibió una llamada del propietario de la vivienda en la que éste daba cuenta de que un hombre se había encerrado en una habitación «en estado de gran exaltación y con un objeto punzante en la mano».

Denuncia de la familia

De acuerdo a lo relatado por el padrastro del joven a la emisora Euskal Irratiak, los policías redujeron al joven valiéndose de un dispositivo eléctrico o taser, arma que tiene una oscura historia por haber causado víctimas en operativos policiales.

A este respecto, Vueltas Simon explicó ayer que él mismo ordenó practicar un minucioso examen médico en el servicio de urgencias, donde tras pasar tres días en coma, el corazón del joven se paró. De acuerdo a esta versión oficial, el urruñarra no presentaba «golpes ni tampoco marcas como las que deja el taser». El procurador fue más allá al poner en duda que en la comisaría de Donibane Lohizune dispongan de tal dispositivo. En la detención de Idrissi participaron policías de esa comisaría pero también de la policía de fronteras.

La familia del joven, que pidió que se esclarezca lo ocurrido, se declaró a la espera de los resultados de la autopsia que deben conocerse en próximos días.

A este respecto, el procurador confirmó que la autopsia fue practicada, el lunes pasado, en Burdeos. Al tiempo, el fiscal avanzó algunos detalles del análisis clínico previo al fallecimiento, «los cuales revelaron un consumo importante de anfetaminas, cocaína y cannabis».

La muerte del joven ha causado conmoción en Pausu, donde amigos y allegados convocaron una marcha para denunciar lo ocurrido. Así, estaba previsto que una protesta silenciosa enlazara hoy el barrio con la comisaría de Hendaia. Para denunciar la no autorización de ese acto y pedir que se aclaren la circunstancias de la muerte de Idrissi una treintena de personas se concentraron ayer tarde ante el Ayuntamiento.