Amparo LASHERAS
Periodista

Hoy, mañana y siempre

Estoy viviendo una temporada de sobresaltos, de bofetones inesperados en los que me hace falta contar hasta diez para recobrar la capacidad de reflexionar sobre lo que ocurre a mi alrededor en un mundo que está cambiando sin mí. En este otoño tan metido en ambientes preelectorales podría enumerar un rosario de esos pequeños sobresaltos. Pero hoy solo me importa uno porque me parece el más inexplicable y arbitrario. Me refiero a la detención esta semana de Carlos Apeztegia, expreso de ETA, libre desde 2013, después de cumplir 22 años de cárcel. Según la Audiencia Nacional, se ordenó el arresto y la prisión incondicional sin fianza por acusaciones que contra él aparecen en los papeles requisados a ETA y que el Ejecutivo francés entregó al español en un acto muy mediático en el que estuvieron todos, hasta Urkullu, que, para aclarar dudas de dónde se sitúa, compartió foto con Felipe González, Zapatero y Rubalcaba. Se diría que con la detención de Apeztegia, los «papeles» y la advertencia de que aún quedan 300 casos contra ETA sin resolver, el Gobierno quiere amenazar, coaccionar, desalentar o desesperar el porvenir y también el apoyo popular a la libertad y los derechos de los y las presas políticas. La respuesta a tan inútil pretensión solo tiene una carretera, un sentido único: la movilización, hoy, mañana y siempre, como la victoria.