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WASHINGTON

Los estadounidenses votan su veredicto sobre Trump

Con una inusitada participación para unos comicios de mitad de legislatura –un 40% más que en 2014 en el voto anticipado–, los estadounidenses acudieron a las urnas para elegir la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, además de miles de cargos locales, pero sobre todo para dar su veredicto sobre el Gobierno de Donald Trump. El rechazo o el respaldo al presidente movió a muchos votantes a depositar su papeleta.

Decenas de millones de estadounidenses votaron ayer en las elecciones de medio mandato para renovar la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, así como 36 de los 50 gobernadores y miles de cargos locales, pero la votación supone, sobre todo, un plebiscito sobre la Presidencia de Donald Trump dos años después de su elección.

La expectación ha movilizado a muchos más votantes que los habituales en una elección de medio mandato, y 38 millones de electores votaron de forma anticipada, un 40% más que en los comicios de 2014.

Los demócratas confiaban en la ventaja que ayer, en plena jornada electoral, aún les daba un sondeo publicado por la firma Gallup, y que calculaba que más de la mitad de los ciudadanos se inclinarán por candidatos vinculados a esta formación política. Además, un sondeo de SSRS para CNN señalaba que el 62% del voto femenino sería demócrata. Pero en numerosas circunscripciones el margen era demasiado estrecho para poder vaticinar un vencedor.

La defensa del sistema de sanidad y el rechazo a Trump ha sido la base de su campaña, frente a los datos económicos y el miedo a la inmigración en el Partido Republicano.

Andrew Menck se define independiente y nunca se había movilizado por los comicios de medio término, pero ayer hizo pacientemente cola fuera de su colegio electoral en Chicago para expresar su descontento con Trump.

«No estoy de acuerdo con las acciones del presidente. No sé si realmente se le está haciendo rendir cuentas. Los republicanos controlan la Cámara de Representantes y el Senado», afirmaba Menck, quien esperaba ayudar a revertir la tendencia en el Congreso, de crear un contrapoder real.

En esta mesa electoral en el bastión demócrata de Chicago los votantes comenzaron a formar filas mucho antes del amanecer. Entre ellos, Jerry, un jubilado de 64 años, que tampoco antes había votado en los comicios parciales. Es un republicano, «probablemente el único en Chicago», decía irónicamente.

«Los demócratas se han vuelto locos», parafraseó a Trump. «Escuché que los demócratas querían otorgar el derecho de votar a los inmigrantes ilegales», añadió.

Otro partidario de Trump, James Gerlock, de 27 años, votante habitual, quería ayudar al presidente republicano a continuar con su política: «Me encanta su desregulación y quiero que siga avanzando. Estoy extremadamente feliz con el estado de la economía», afirmó.

La polémica figura de Donald Trump parecía ser la fuerza impulsora, tanto para rechazarla como para apoyarla, detrás de muchos votantes que se dirigían a los puestos electorales.

«Este es un referéndum sobre la Presidencia de Trump», sostenía Eloisa Álvarez, votante de Florida, estado que tradicionalmente ha sido fundamental en el esquema electoral.

Ayla Jeddy, en su último año de escuela secundaria, votó en Nueva York. Cumplió 18 años en setiembre, justo a tiempo para estar en la lista de votantes. «Voté por los candidatos que se oponen a las políticas más escandalosas (de Trump): su política de migración ... y su actitud hacia las mujeres en general», indicó, antes de regresar a su colegio.

Impacto federal de la elección de 36 gobernadores

La elección de 36 gobernadores y de legislativos estatales tendrá un impacto a nivel federal en el futuro diseño de los distritos electorales. Además, el poder estatal puede ayudar a republicanos y demócratas a apoyar o resistir la agenda de Trump en la atención sanitaria, el control de armas y los derechos de los homosexuales. Las batallas más ajustadas, además de en el medio oeste y el cinturón industrial, se dan en Georgia y Florida, donde candidatos demócratas negros se enfrentan a republicanos blancos apoyados por Trump. En Georgia, Stacey Abrams trata de convertirse en la primera gobernadora afroamericana del país. Ella y Andrew Gillum, en Florida, también serían los primeros gobernadores negros en sus estados. Ambos ponen a prueba una nueva vía en estados del sur donde los demócratas tradicionales han perdido repetidamente. Buscan atraer a jóvenes y minorías que suelen votar demócrata pero solo en las presidenciales. A su vez, Trump se juega su reputación con los republicanos Brian Kemp, en Georgia, y Ron DeSantis, en Florida.GARA