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Bolsonaro y Temer se comprometen a realizar una transición «fluida»

El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, y el actual jefe de Estado, Michel Temer, se comprometieron ayer a una transición «fluida» y sin problemas, diez días después de la elección del candidato ultraderechista, que apuesta por cierta continuidad. Temer, que recibió a Bolsonaro en el Palacio de Planalto, invitó a su sucesor a acompañarle en sus viajes internacionales hasta el fin de su mandato y le ofreció impulsar en el Congreso sus proyectos prioritario.

El ultraderechista Jair Bolsonaro prometió ayer en Brasilia una transición «fluida» y dijo que mantendrá «muchas cosas» del Gobierno de Michel Temer, tras su primer reunión. En la cita en el Palacio de Planalto, el presidente saliente le ofreció «colaborar intensamente» durante la transición, que concluirá el 1 de enero con su investidura.

El actual mandatario, que asumió el poder en mayo de 2016 tras el impeachment a Dilma Rousseff, aseguró que la colaboración con Bolsonaro será «verdadera» y le pidió que le informe sobre qué proyectos de su interés se tramitan en el Parlamento, a fin de que el Gobierno estudie si puede impulsarlos en las próximas semanas, antes del traspaso de funciones.

Entre ellos, según el entorno de Bolsonaro, una reforma del régimen de jubilaciones, que es considerada clave para reducir el crónico déficit del sector público, pero que encuentra resistencias en el Congreso.

Temer invitó a Bolsonaro a que le acompañe en los viajes internacionales hasta el fin de su mandato, como la cumbre del G20 que tendrá lugar a finales de mes en Buenos Aires.

Bolsonaro adelantó que podría haber otros encuentros antes de fin de año con Temer, a quien dijo que pedirá consejo sobre el ejercicio del poder al menos hasta el 1 de enero. «Lo buscaré en otras oportunidades, para que juntos podamos hacer una transición en la que los proyectos de interés de nuestro Brasil continúen fluyendo dentro de la normalidad», sentenció.

A su juicio, esa «cooperación» permitirá que «las cosas sigan fluyendo con normalidad» en el país hasta su toma de posesión.

Antes de la cita con Temer, Bolsonaro se entrevistó con el presidente del Supremo Tribunal Federal, José Antonio Dias Toffoli, con quien se comprometió a trabajar en un «pacto republicano» sobre déficit fiscal, reforma del régimen de jubila- ciones y seguridad ciudadana.

Más allá de reuniones, Bolsonaro siguió trabajando en la composición de su próximo gabinete y ayer se anunció que el general Augusto Heleno Ribeiro, señalado como futuro titular de Defensa, ocupará la cartera de Seguridad Institucional. El cambio, según el vicepresidente electo y general de la reserva Hamilton Mourao, permitirá dar entrada a un militar en activo de la Armada como ministro de Defensa, lo que reforzaría el acento militar que Bolsonaro quiere dar a su Gobierno.

 

El STF analizará la imparcialidad de Moro tras el recurso de Lula

El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil analizará la imparcialidad del juez y próximo ministro de Justicia, Sergio Moro, que envió en abril a prisión al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva por corrupción pasiva y lavado de dinero, después de que la defensa del exmandatario presentara una nueva petición de libertad.

Los abogados de Lula presentaron ante el máximo tribunal un recurso de «habeas corpus» basado en la parcialidad del juez que le condenó al haber aceptado ser ministro en el Gobierno que asumirá en enero el mandatario electo, Jair Bolsonaro.

Alegan «la irremediable pérdida de la imparcialidad» de Moro «para procesar y juzgar» al exjefe de Estado, con quien el magistrado «estableció una relación de enemistad capital», además de «demostrar la existencia de intereses» extrajudiciales. Según sus abogados, la decisión de Moro de ser ministro evidenció la «clara parcialidad y motivación política» en el desarrollo de los procesos penales contra Lula.

Sergio Moro aseguró el martes que su nombramiento no tiene nada que ver con el expresidente, que «fue condenado y encarcelado porque cometió un crimen y no por las elecciones», saliendo así al paso de las acusaciones del PT de que su elección fue una compensación por el favor que le hizo a Bolsonaro al dejar fuera de la disputa electoral a Lula, quien lideraba todas las encuestas de intención de voto para las presidenciales.GARA