GARA
WASHINGTON
ELECCIONES DE MEDIO MANDATO EN ESTADOS UNIDOS

Trump ofrece negociación pero sin investigaciones

Los demócratas controlarán la Cámara de Representantes tras las elecciones de EEUU, un revés para Donald Trump que, sin embargo, se salvó de la «ola azul» y se atribuyó mantener la mayoría republicana en el Senado. Trump ofreció «negociación», advirtió contra eventuales investigaciones y aprovechó para deshacerse del fiscal general.

«Creo que conseguimos algo muy cercano a una victoria completa», celebró el presidente de Estados Unidos, Donald Trump los resultados de las elecciones de medio mandato. Trump puso énfasis en que el Senado continuará dominado por los republicanos, lo que termina con cualquier especulación sobre un procedimiento de destitución en el Congreso (la Cámara baja puede bloquearlo), un fantasma que lo acechaba en los últimos meses.

«Ayer fue un gran día, un día increíble. Anoche el partido republicano desafió la historia para ampliar nuestra mayoría en el Senado», insistió Trump en la Casa Blanca.

Dimite el titular de Justicia

Y se sintió con fuerza suficiente para, por un lado, ofrecer a su vicepresidente, Mike Pence, competir juntos por la reelección en los comicios presidenciales de 2020 y, por otro, deshacerse del fiscal general, Jeff Sessions, (secretario de Justicia), encargado de controlar la investigación especial sobre el Russiagate. Sessions presentó su dimisión a petición del presidente. «Estamos encantados de anunciar que Matthew Whitaker, jefe de gabinete del fiscal general Jeff Sessions en el Departamento de Justicia, se convertirá en el fiscal general en funciones», anunció Trump.

La toma del control de la Cámara de Representantes por parte demócrata, por primera vez en ocho años, cambia el equilibrio de poderes en Washington. Según resultados provisionales, arrebatarían a los republicanos 27 escaños, cuando necesitaban 23 para la mayoría.

Desde la entrada en funciones del próximo Congreso, el 3 de enero de 2019, Donald Trump ya no podrá aprobar sus leyes sin negociar con los demócratas, que ahora disponen de un veto sobre el presupuesto de la nación. El presidente vio este contrapeso del poder como una oportunidad de negociar. «Realmente creo que tenemos una oportunidad muy buena de llevarnos bien con los demócratas», afirmó.

Pero su muro en la frontera con México, que aún no había logrado financiar en el Congreso actual, puede quedar en proyecto. «Necesitamos el dinero para construir el muro, el muro completo, no partes de él», se anticipó ayer al respecto.

Y la Cámara podrá lanzar investigaciones parlamentarias sobre conflictos de intereses, sus finanzas personales y las intervenciones multimillonarias en la investigación del Fiscal Especial sobre la trama rusa.

También Trump advirtió contra esta posibilidad y amenazó con negarse a cooperar con los demócratas en temas legislativos si inician investigaciones en su contra desde la Cámara Baja . «Si eso ocurre vamos a hacer lo mismo (contra los demócratas desde el Senado), y el Gobierno se paralizará, y les echaré la culpa. Y eso probablemente será mejor para mí políticamente. Creo que sería extremadamente bueno para mí políticamente, porque creo que soy mejor en ese juego que ellos», afirmó.

«Hoy se trata más que de demócratas y republicanos, se trata de restaurar los poderes y contrapoderes constitucionales en la administración Trump», señaló, por su parte, Nancy Pelosi, la actual líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, que probablemente vuelva a presidirla.

Aunque esta mayoría demócrata supone un revés para Trump, la victoria del partido opositor ha estado lejos de la «ola azul» que pronosticaba su entusiasmo hace unos meses y se ha limitado al habitual desgaste del partido gobernante, incluso menor que en elecciones anteriores.

Pero Trump se centró sobre todo en la victoria del Senado, donde los republicanos mantendrán y reforzarán su mayoría y se atribuyó todo el mérito. «Aquellos que trabajaron conmigo (...) abrazando ciertas políticas y principios, lo hicieron muy bien.¡Los que no lo hicieron, que digan adiós!», indicó.

Así, pese al rechazo que provoca el presidente, los republicanos constataron que también moviliza a sus votantes. «El presidente Trump fue extremadamente útil para nosotros en estados dónde él es popular. Trabajó muy duro, atrajo grandes multitudes y creo que claramente tuvo un impacto positivo en el resultado», aseguró McConnell, el líder de la mayoría republicana del Senado, que volverá a ocupar este cargo .

El presidente no escatimó autoelogios y aseguró que la mayoría de los candidatos a los que él apoyó en sus 30 mítines de los últimos dos meses «lograron tremendos éxitos anoche», a la vez que atribuyó las derrotas de algunos a que no se ligaron lo suficientemente a él y a sus políticas. «Mia Love no demostró ningún amor (love) por mí, y perdió. Qué pena», indicó en referencia a una candidata republicana a un escaño en Utah.

Igualmente, se burló otros aspirantes republicanos como la congresista Barbara Comstock «podría haber ganado, pero no quiso vincularse» a él.

Los demócratas han ganado también siete puestos de gobernador –entre ellos Michigan y Kansas, estados que votaron a Trump en 2016–, pero fracasaron Florida, un estado clave en los comicios presidenciales y que creían a punto de conquistar.

Mujeres, inmigrantes, indígenas y socialistas en el Congreso

Aunque la «marea azul» no llegó más que a un discreto oleaje, algunos de los candidatos demócratas no vinculados al aparato tradicional del partido sí consiguieron ser elegidos. Además, 95 mujeres fueron elegidas para la Cámara de Representantes y al menos 13 para el Senado, lo que lleva la representación femenina al récord del 22 %, Sharice Davids y Deb Haaland se convirtieron en las primeras mujeres indígenas electas. Davids, de 38 años, abogada, y declarada lesbiana, derrotó al actual representante republicano Kevin Yoder en el estado tradicionalmente conservador de Kansas. Haaland, de 57 años, que venció en Nuevo México, es miembro de la tribu Pueblo Laguna, y una conocida activista comunitaria.

Por otro lado, Alexandria Ocasio-Cortez, de origen puertorriqueño y nacida en el Bronx, Nueva York, hace 29 años, la mujer más joven en llegar al Congreso, se autodefine como socialista y se transformó en el símbolo de una gran ola de mujeres hastiadas del statu quo demócrata. Agradeció a los organizadores de su campaña por construir «un movimiento más amplio para la justicia social, económica y racial en EEUU», y advirtió a la élite del partido de que no respaldaría a un presidente de la Cámara que no apoye el Medicare para todos, la Universidad sin matrícula y un salario digno. «Si vamos a dar vuelta el rumbo de este barco como país, no basta con lanzar una roca al jardín de nuestro vecino, debemos limpiar nuestro propio fondo», afirmó. Rashida Tlaib e Ilhan Omar serán las primeras musulmanas que ocuparán un puesto en la Cámara baja, mientras Debbie Murcasel-Powell, de origen ecuatoriano, será la primera legisladora hispana no cubana de Florida.GARA