Suele ser común opinión priorizar el contenido frente al continente. Estoy de acuerdo, pero no son pocas las veces en las que para probar lo que hay dentro, el envoltorio anima a hacerlo. Los mandatarios rojillos son conscientes de esta circunstancia y de ahí que en el asunto de la remodelación de El Sadar se haya dado tan diferente puesta en escena, dependiendo de si se trata de la reforma integral o la básica.

La presentación a bombo y platillo de la primera en un escenario privado –¿no había ningún espacio disponible de propiedad pública aquel día?– y con capacidad para cientos de asistentes contrasta con la que ayer se realizó en la sala de prensa de El Sadar, lo que deja bien a las claras cuál es la opción que prefiere la actual junta directiva.

Por si no fuera suficiente, y a la vista de lo sucedido con los presupuestos, también se ha puesto en marcha toda la maquinaria mediática disponible para convencer a la masa social rojilla, priorizando solo las bondades de una opción y resaltando exclusivamente las desventajas de la otra, no vaya a ser que el gen navarro, poco amigo de paternalismos, salga de nuevo a relucir. Ven como el envoltorio también importa.