Tras el apurado triunfo contra el Lugo, a Osasuna le aguarda ahora un doble compromiso ante adversarios que guardan características comunes, como son el Albacete y el Alcorcón. Ambos conjuntos son en estos momentos rivales directos en la lucha por ocupar puestos de ascenso, además de ser considerados los equipos revelación de la categoría en lo que se lleva de campeonato disputado.

Los manchegos quieren volver a ser aquel queso mecánico que maravilló a finales de los ochenta y durante la década de los noventa, especialmente de la mano de Benito Floro, quien logró un doble ascenso desde Segunda B hasta Primera. Curiosamente, fue el técnico astuariano el que le dio la alternativa siendo entrenador del Real Madrid a quien ahora lleva las riendas del banquillo albaceteño, el que fuese central merengue Luis Miguel Ramis.

Tras dirigir al Almería, el preparador tarraconense ha entrado con buen pie en su nuevo equipo, que solo ha perdido dos encuentros ligueros en lo que se lleva de campaña, viene de ganar al líder y está invicto en su feudo, eso sí habiendo cedido cuatro empates. Su única derrota casera de este ejercicio se produjo en Copa, contra el Lugo. El Carlos Belmonte no es, además, un terreno demasiado propicio para Osasuna, quien solo ha vencido allí en dos ocasiones de quince desplazamientos realizados, junto a tres empates.

El Alcorcón se les atraganta

Después de rendir visita a tierras manchegas, la escuadra rojilla recibirá al Alcorcón, quien ahora mismo comanda de manera sorpresiva la clasificación, por delante de conjuntos como el Deportivo o el Málaga, a priori favoritos. Los de Cristóbal Parralo llevaban una trayectoria inmaculada hasta este fin de semana, con cuatro victorias consecutivas.

Por si ello fuera poco, los madrileños siempre se le han atascado al conjunto navarro, que todavía no conoce el triunfo en El Sadar frente a los alfareros en las tres oportunidades que se han medido. Así pues, faena exigente la que le aguarda a Osasuna a corto plazo.