Iñaki LEKUONA
Periodista

En cristiano

En la mañana del viernes, medio centenar de alumnos de Lapurdi esperan con dispar interés a que el transbordador se acerque desde la margen derecha hasta la plataforma de Portugalete, cuando un par de jubilados se adelantan y preguntan a uno de ellos por su procedencia. «Vasco», le responde el chaval con un inequívoco acento de allende el Bidasoa. Pero la respuesta no satisface al septuagenario que, visiblemente airado, insiste en una retahíla de preguntas que el adolescente apenas si puede adivinar. Se acerca un profesor y le inquiere por su ánimo alterado. «¡Es que este maleducado no me quiere contestar!». Es que no puede caballero: no sabe castellano. «¡Me ha dicho que es vasco, pues yo de Guadalajara! ¿Que no sabe castellano? ¡Sabe más que yo!». Ya, pero es que este chico es vasco, sí, pero de ciudadanía francesa, porque no es de esta parte del País Vasco, sino de la otra. «Ya... vascofrancés». Vasco. Pero si usted desea, le puede hablar en euskara o en francés, pero no en cristiano. «Ah, eh… ya… eh… bueno peque, disculpa si te he ofendido, ¿eh?». Sigue sin entenderle caballero, pero no se preocupe, que ya se lo traducimos. Y se escapa el señor camino de su casa, que ya no es Guadalajara sino un país que le acogió y que después de tantos años sigue sin conocer y sin respetar. Y así nos va con los que así nos vinieron. Y que vivan los 40 años de Constitución.