El Banco Central Europeo informó ayer de que en enero dejará de comprar bonos, pese al debilitamiento económico detectado en los últimos meses, y que invertirá los que venzan «durante un período prolongado una vez que comience a subir los tipos de interés».

Tras la reunión de su Consejo de Gobierno, el BCE dijo que continuará cobrando a los bancos un 0,4% por el exceso de sus reservas a un día (facilidad marginal de depósito) y que les seguirá prestando a un día al 0,25% (facilidad marginal de crédito).

Además, el banco emisor revisó a la baja una décima, respecto a las realizadas en setiembre, las previsiones de crecimiento de la eurozona para este año, hasta el 1,9%, y para 2019, hasta el 1,7%.

Al mismo tiempo, calcula una inflación del 1,8% en 2018, del 1,6% en 2019 y del 1,7% en 2020.