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PARÍS

El Gobierno pide una pausa a los «chalecos amarillos»

El Gobierno francés ha añadido el despliegue policial excepcional tras el ataque de Estrasburgo a las medidas anunciadas por Emmanuel Macron el lunes para intentar frenar las protestas de los «chalecos amarillos». Aunque de momento no contemplaba prohibir las movilizaciones previstas para mañana, instó a no sumarse a ellas. Mientras tanto, en la Asamblea se debatía una moción de censura sin ninguna posibilidad de salir adelante.

El portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux, pidió ayer a los «chalecos amarillos» que suspendan las manifestaciones previstas para este sábado, el denominado «Acto V», ante la situación excepcional que vive el Estado francés tras el atentado de Estrasburgo.

«En este momento, no hemos decidido prohibir las manifestaciones», precisó Griveaux en declaraciones a la cadena CNews, aunque instó a quienes se movilizan desde hace un mes contra la política social y fiscal del presidente Emmanuel Macron a que se muestren «razonables» tras los trágicos hechos acontecidos en la capital alsaciana, permitiendo así que las fuerzas policiales se centren en la búsqueda del autor del ataque.

Los últimos cuatro sábados, los cuerpos de seguridad franceses han desarrollado una movilización excepcional ante las manifestaciones de los «chalecos amarillos», y se han producido enfrentamientos con los manifestantes en muchas ciudades, que han sido especialmente violentos en el centro de París en las tres últimas fechas.

Otros representantes institucionales y portavoces políticos –incluida la líder del FN, Marine Le Pen– también hicieron llamamientos para que el movimiento ciudadano se tome una pausa mientras esté en vigor el estado de «alerta terrorista». Solo el izquierdista Jean-Luc Mélenchon apeló a proseguir con las protestas y añadir un quinto sábado de manifestaciones por todo el Hexágono.

Incluso el secretario general de la CFDT (el sindicato con mayor representatividad), Laurent Berger, indicó que sería «oportuno» que los «chalecos amarillos» no se manifestaran mañana «para no sobrecargar el barco de los policías».

La Sala del Juego de la Pelota

Según señalaron algunas figuras relevantes de este movimiento citadas por AFP, los «chalecos amarillos» proseguirán con las movilizaciones este sábado. En cambio, otros más moderados opinan que ha llegado «el tiempo del diálogo».

Los «chalecos amarillos» están «más movilizados que nunca», aseguró Maxime Nicolle desde un punto de prensa montado ayer ante la Sala del Juego de la Pelota en Versalles, uno de los lugares más significativos de la Revolución de 1789. A su lado se hallaban Priscillia Ludosky, que fue quien lanzó a través de las redes la petición contra la subida de los impuestos sobre los carburantes que dio origen a este movimiento, y una veintena de otros activistas.

Este grupo ha instado al Gobierno a ir más allá de las medidas «insuficientes» anunciadas el lunes por Macron y a aceptar el principio de los referendums de iniciativa popular.

Otros grupos han propuesto colocarse bandas negras sobre los chalecos o portar velas en homenaje a las víctimas del ataque de Estrasburgo.

 

Moscovici contemporiza con el desvío francés mientras exige más al presupuesto italiano

La derivada presupuestaria del movimiento de los «chalecos amarillos» tras las medidas anunciadas el lunes por el presidente francés ha sido acogida con una inusual comprensión por parte de la Comisión Europea, que ha utilizado un tono mucho más duro en ocasiones precedentes, por ejemplo con Grecia y con Italia.

El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, señaló ayer que espera que la desviación presupuestaria del Estado francés sea «lo más limitada posible». El Gobierno galo estima que esas medidas podrían elevar el déficit al 3,4% en 2019, lo que roza el límite establecido en el 3,5% para que la Comisión Europea vuelva a abrir un procedimiento de déficit excesivo.

Por otro lado, Moscovici comentó que el nuevo presupuesto presentado por Italia, que prevé situar el déficit de 2019 en el 2,04% del PIB, es «un paso en la buena dirección» pero «insuficiente» ante las exigencias comunitarias.

«No podemos transigir» con las normas fijadas en el Pacto de Estabilidad, indicó en una comparecencia ante el Senado francés, donde señaló que la Comisión Europa mantiene el diálogo con Roma para situar las cuentas de 2019 en la buena senda.

Moscovici participó el miércoles en la reunión del primer ministro italiano, Giuseppe Conte, con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, en el que el Roma propuso medidas adicionales para reducir algo más de tres décimas el déficit, inicialmente previsto en el 2,4%. Señaló que el diálogo es «constructivo» y preconizó «decisiones inteligentes». GARA