Iratxe FRESNEDA
Docente e investigadora audiovisual

Espacios habitables

Si un lugar puede delimitarse como lugar de identidad, relacional e histórico, un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad ni como relacional ni como histórico se definirá como un no lugar». La definición de Marc Augé adquiere aún mayor fuerza, si añadimos la variable de “género” porque, para las mujeres, los no lugares se extienden más allá de lo definido por el antropólogo de Poitiers.

Nosotras transitamos por eso que venimos reconociendo colectivamente como el espacio público/profesional sin que este llegue a reconocernos a nosotras como seres con “identidades autorizadas”, sin que exista una historia con mayúsculas, inclusiva, llamémosla “total”, en la que habitemos como seres de pleno derecho y oportunidades.

Los no lugares se multiplican si aplicamos la variante de género (sobre todo para las mujeres y los seres en las periferias del binomio género/sexo establecidos), la del tipo de pasaporte, la del color de piel o la del nivel adquisitivo. El fuera de campo de la Historia se convierte así en el territorio por conquistar, para convertir los no lugares en espacios de convivencia menos desiguales y más habitables. La construcción de los territorios de convivencia pasa por otro modo de hacer política, más horizontal, alejado de las ciudades neoliberales, de los no lugares.