La Asamblea General de la ONU aprobó el lunes, con el apoyo de 181 países y el rechazo de Estados Unidos y Hungría, el nuevo Pacto Mundial sobre los Refugiados que busca transformar el modo en el que los países responden a los desplazamientos masivos y las crisis de refugiados con el fin de ofrecer un apoyo más fuerte a los estados en los que viven la mayoría de los refugiados. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) la consideró «una decisión histórica». Como ocurre con el Pacto Mundial para las Migraciones acordado la semana pasada en Marrakech, se trata de una herramienta operativa no vinculante que busca impulsar la cooperación.

Al día siguiente de esta aprobación, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos sentenció ayer que el Estado español vulneró el artículo 8 de la Convención Europea de Derechos Humanos en el caso de dos ciudadanos marroquíes que fueron expulsados tras ser condenados por tráfico de drogas, ya que no se tuvo en cuenta su situación privada y familiar.