Iñaki IRIONDO

La experiencia exitosa de Gora Gasteiz

Vivimos en sociedades más machistas, homófobas y racistas que lo que dicen las encuestas, en parte porque al responder nos gusta quedar bien, en otra parte porque nos engañamos a nosotros mismos y sobre todo porque los cuestionarios no incluyen el ítem «no soy... pero...». Y como sabemos que esto es así, cuando alguien pretende hacer bandera electoral de la xenofobia, la homofobia o la misoginia, nos asalta la duda de si combatirlo o ignorarlo, por aquello de que hablar de sus falacias, aunque sea para rebatirlas, va a darle más notoriedad y más votos.

En Gasteiz se produjo ese debate en 2014, cuando el entonces alcalde de la ciudad, Javier Maroto (el mismo que ahora negocia con Vox) entró en campaña anticipada para las municipales de 2015 atacando a los magrebíes, a los que acusó de no querer trabajar y vivir de la RGI. Con la habitual labor de hormiguitas de los movimientos sociales, surgió entonces el colectivo Gora Gasteiz que supo aunar el trabajo de base, los manifiestos firmados por «personalidades locales» y la movilización popular, para llegar hasta las puertas de la campaña electoral desmontando las mentiras con datos y dando alegría y colorido a la ciudad.

Maroto subió de 32.300 a 35.722 votos. Pero la victoria de Gora Gasteiz estuvo en que a todo el resto de partidos le dio vergüenza dejar que fuera alcalde y hoy es improbable que el PP vuelva a gobernar en Gasteiz. Esa es la lección exitosa a aprender. Se ve que ya es tarde en Andalucía, pero quedan muchas elecciones.