El presidente chino, Xi Jinping, ofreció al líder norcoreano, Kim Jong-un, su firme apoyo para el diálogo con Estados Unidos sobre la desnuclearización, en punto muerto, y confirmó el papel clave de Pekín en el proceso.

Kim Jong-un viajó a Pekín por dos días para reunirse con Xi, en lo que se interpreta como un paso de cara a la segunda cumbre entre el dirigente norcoreano y el presidente de EEUU, Donald Trump. El líder norcoreano ha precedido sus cumbres con Trump o con el presidente surcoreano, Moon Jae-in, de sendos encuentros con Xi.

En su primer encuentro en Singapur, el pasado junio, Kim y Trump firmaron una vaga declaración de intenciones en la que ambos se comprometían a trabajar por la desnuclearización de la península coreana. Pero, desde entonces, se han registrado pocos avances y Washington y Pyongyang divergen en cuanto al significado del texto firmado. Xi afirmó que «espera que la República Popular Democrática de Corea y Estados Unidos hallen un punto intermedio», a la vez que alabó las «medidas positivas tomadas» por parte de Pyongyang.

El domingo, Trump afirmó que EEUU y Corea del Norte están negociando el emplazamiento de su próxima cumbre, una reunión que será inminente, según dijo ayer el presidente surcoreano, quien instó a Pyongyang a tomar «más medidas audaces, prácticas, hacia la desnuclearización» para que se levanten las sanciones, pero añadió que EEUU también debía tomar «medidas correspondientes» como, por ejemplo, la aceptación de un régimen de paz.

Xi destacó la importancia de China en este proceso diplomático y sostuvo que existe una «oportunidad histórica» para un acuerdo político.