El mismo día en el que celebraba el quinto aniversario de su nacimiento, Podemos conocía la alianza entre su candidato a la Comunidad de Madrid y secretario de Análisis Estratégico, Íñigo Errejón, y la alcaldesa de la capital española, Manuela Carmena, para concurrir a las elecciones autonómicas de mayo.

A menos de cinco meses para la cita con las urnas y con todas las encuestas a la baja, Errejón anunciaba su decisión de renunciar a las siglas de su partido, inmerso en innumerables crisis territoriales y en una escisión sin precedentes en la Comunidad madrileña, para liderar una candidatura vinculada a Más Madrid y que tendrá sus propias primarias en febrero.

En una carta conjunta, hacían público un pacto para construir un proyecto integral y llamaban a «las fuerzas progresistas y a toda la ciudadanía» a sumar más allá de siglas.

Carmena aseguraba ayer que el acuerdo no es una «ruptura» con los partidos políticos sino que «suma fuerzas».

Para algunos es un «desafío» a la dirección de Podemos, que el martes anunció un preacuerdo con IU para configurar la lista autonómica que Errejón negó. La formación, que ha abierto seis expedientes sancionadores a otros tantos ediles de la capital por incorporarse a Más Madrid sin pasar por las primarias de Podemos, dijo que no va a expulsar a Errejón porque él mismo se ha situado fuera y espera que actúe en consecuencia.