Gloria LATASA
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Vórtice polar

La última ola de frío que han sufrido en el Medio Oeste de los Estados Unidos y en la región de Chicago ha traído a colación el término vórtice polar. La espectacularidad del acontecimiento (temperaturas inusualmente bajas, sensaciones térmicas escalofriantes, ríos helados, personas fallecidas o con congelaciones…) ha disparado las noticias en los medios de comunicación. Y como ocurre siempre que hay episodios extremos, utilizando términos cuyo significado no se conoce bien.

¿Qué es realmente un vórtice polar? Si nos atenemos al Vocabulario de Términos Meteorológicos y Ciencias afines del INM, se trata de: «Circulación ciclónica (vientos del oeste) en las altas latitudes alrededor de un polo geográfico». Una especie de «gorro» de aire frío sobre los polos, girando en sentido contrario a las agujas del reloj, que «trabaja» para mantenerse en sus dominios y no «exportar» temperaturas gélidas a latitudes más bajas. En definitiva, características meteorológicas normales de la circulación atmosférica de la Tierra.

Lo más curioso es que se trata de una especie de gorro de dos pisos. Es decir, hay un primer vórtice polar situado en la troposfera y un segundo, en la estratosfera. Cada uno tiene unas características totalmente diferentes. El troposférico (a unos 5 km de altura) es mucho más grande y permanece en su sitio a lo largo de todo el año. El estratosférico (a 20-30 km de altitud) es más pequeño, se forma en otoño y desaparece cada primavera. La conexión entre ambos vórtices aún no se conoce bien.

En ocasiones, el vórtice polar troposférico se ondula en niveles medios y altos (tal vez por alguna variación previa en el estratosférico) y altera la circulación de la atmósfera en superficie. El aire invernal que permanecía estancado en el Ártico (o en el Antártico) se pone en movimiento y viaja hacia latitudes inferiores llevando consigo una ola de frío (e impulsando una respuesta cálida en otros lugares, como ha ocurrido en Alaska y China). No es el vórtice el que se desplaza sino el aire frío que se encontraba a sus pies, empujado por él.