Iñaki Lekuona
Periodista
AZKEN PUNTUA

Tañen las urnas

Marine Le Pen está decidida a dar la campanada en las elecciones presidenciales y para ello se ha embutido en su disfraz altermondialista, que adorna en cada mitin con complementos localistas. Ahora acaudilla esos territorios rurales donde «las campanas de las iglesias marcan el ritmo de la vida», esas comarcas que a pesar del olvidado al que le someten las grandes metrópolis son, según la jefa de la ultraderecha gala, la quintaesencia del país. Y es acertada su estrategia, porque ciertamente la Francia urbana del siglo XXI ha folclorizado hasta la caricatura esa otra Francia; tanto, que ha surgido un sentimiento de revuelta que ha encontrado en los chalecos amarillos un modo de expresión; tanto, que hoy día en las grandes ciudades confunden una barretina con una txapela.

Esta misma pasada semana una de las cadenas televisivas de noticias más conocidas del país, LCI, colocó en Euskal Herria a un youtuber catalán que comparece habitualmente en sus vídeos con el típico gorro catalán. La urbe ignora a la periferia, cuando no la envilece, como en Carcasona, donde el equipo de rugby ha sacudido el badajo de la campana informativa firmando un contrato publicitario con una productora de cine para adultos de cara a su próximo encuentro con el Biarritz. Y, así le va a esa Francia de la grandeur, donde las urnas tañen a extrema derecha tanto como en la grande España.