GARA
ESTAMBUL

Öcalan, referente de la lucha kurda, cumple dos décadas en prisión

Hace ahora veinte años, los servicios secretos turcos arrestaron a Abdullah Öcalan, líder histórico del PKK, en Nairobi. Fue rápidamente juzgado y condenado a muerte, pena que le fue conmutada por la cadena perpetua. Encarcelado en la isla-prisión de Imrali en aislamiento total, sigue siendo una figura indiscutible de la lucha kurda.

El 15 de febrero de 1999, el líder histórico del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) Abdullah Öcalan fue detenido por los servicios secretos turcos en Kenia, después de una búsqueda sin descanso.

A sus 69 años, sigue siendo un referente mundial de la lucha kurda, un conflicto en el que desde 1984 han muerto más de 40.000 personas.

Condenado a cadena perpetua, fue encarcelado en la isla-prisión de Imrali en régimen de total aislamiento. A mediados de este enero, el Gobierno turco permitió excepcionalmente que el líder kurdo recibiera la visita de su hermano Mehmet. No se habían visto desde el año 2016.

Ankara se vio en cierta forma obligada a autorizar esta visita por la huelga de hambre que llevan a cabo más de 300 prisioneros en denuncia del régimen de aislamiento impuesto al líder kurdo y en apoyo a la diputada del Partido Demócrata de los Pueblos (HDP) Leyla Güven, en huelga de hambre desde el pasado 8 de noviembre en solidaridad con Öcalan. Güven fue detenida en enero de 2018 después de criticar la ofensiva turca contra el enclave kurdo de Afrin

Aunque el pasado 25 de enero fue puesta en libertad condicional, decidió continuar con la huelga de hambre en su domicilio de Diyarbakir. Ayer tuvo que ser hospitalizada.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha acusado al HDP de ser «la vitrina política» del PKK, incluido en la lista de «organizaciones terroristas» de la Unión Europea y de EEUU.

Son muy pocas las personas que han visto a Öcalan a lo largo de estas dos décadas, y por ello para la mayoría su rostro es aún el de los años de su arresto: un rostro redondo y con un bigote negro. «Este año cumplirá 70 años, y ha pasado los últimos 20 años en aislamiento», denunció en declaraciones a AFP uno de sus abogados, Ibrahim Bilmez. «No tenemos ninguna información, solo lo que nos dice Mehmet. Cuando estuvo allí, Öcalan le dijo ‘que la gente sepa tan solo que estoy bien’», añadió.

«Para mí, existe un vínculo sicológico entre Öcalan y el pueblo kurdo, se dan fuerza mutuamente», afirmó el abogado, que defiende a Öcalan desde principios de los 2000. «Como es consciente de esto, aguanta el aislamiento y mantiene alta la moral», destacó.

Un largo y fuerte liderazgo

Öcalan nació el 4 de abril de 1949 en el seno de una familia campesina de seis niños en la aldea de Omerli, en la frontera con Siria. De joven, estudió Ciencias Políticas en Ankara y muy pronto se unió a la lucha kurda, que le valió una primera encarcelación, durante siete meses, en 1972.

En 1978, fundó el PKK y dos años más tarde partió al exilio, residiendo en Damasco o en la zona libanesa de Bekaa. En 1984, «Apo» decidió iniciar la lucha armada contra el gobierno turco para la creación de un Estado kurdo. El Estado turco desató una fuerte represión contra el movimiento kurdo.

Forzado a salir de Siria en 1998, Öcalan se refugió en diferentes países europeos antes de ser detenido por los servicios secretos de Turquía en las puertas de la embajada de Grecia en Nairobi. Fue condenado a muerte en 1999 aunque la pena fue conmutada por la cadena perpetua después que Turquía aboliese la pena capital en 2002.

Turquía pensó que había desarticulado al PKK con su detención. Pero aún en aislamiento continuó liderando el movimiento kurdo. Ordenó el cese del fuego unilateral que perduró desde el 1 de septiembre de 1999 hasta el 1 de junio de 2004.

En 2012, ordenó el fin de una huelga de hambre que mantenían unos 700 presos kurdos, y posteriormente abrió un canal de diálogo con el entonces primer ministro Erdogan.

Un año más tarde, Öcalan llamó a través de los diputados del HDP a los guerrilleros kurdos para que instauraran un nuevo alto el fuego y permitir así las conversaciones que estaba llevando a cabo con el Gobierno. Este proceso se hundió en 2015. Tras el golpe de Estado fallido en julio de 2016, Ankara, escudándose en una lucha reforzada contra el «terrorismo», prohibió todas las visitas a Imrali, tanto a los abogados como a la familia. La decisión oficializaba una prohibición dirigida a sus abogados desde 2011 y a las delegaciones políticas desde 2015, y el fracaso del proceso.