Da gusto mirar estos días los mapas del tiempo, soles y nieblas por todas partes! Todo gracias a un potente anticiclón de 1036 hPa posicionado sobre el continente europeo. Sin embargo, de cara al fin de semana podría ir debilitándose y alejándose hacia el noreste, afectando el domingo al oeste peninsular.

En días anticiclónicos estables es fácil comprender por qué en la atmósfera hace más calor “abajo” que “arriba”. Los rayos solares llegan a la tierra en una longitud de onda incapaz de calentar el aire. Primero llegan al suelo, éste se calienta y devuelve (irradia) la energía que le sobra. Por eso se “caldean” más las partes bajas de la atmósfera. Y por eso hace más calor con el paso de las horas.

Si los cielos permanecen despejados durante la noche, el suelo –que ha dejado de recibir energía– continúa perdiendo calor y enfriándose. Luego, enfriará el aire que tiene encima. Por eso, estas noches suelen ser frías. Y si hay la suficiente humedad, el aire se satura, se produce condensación y aparecen las nieblas.

La “concentración” de frío en las capas bajas atmosférica durante la noche genera una inversión térmica. Junto al suelo hace más fresco y puede estar nublado y en montaña podemos encontrar más calor y cielos despejados. Hasta que el sol “deshace” las nieblas. Una situación a la que el refranero popular se refiere con: “Mañanita de niebla, tarde de paseo”.