GARA
SRINAGAR

Tensión en la Cachemira ocupada tras el peor atentado en 30 años

Las autoridades indias impusieron ayer restricciones de movimiento y reunión en la Cachemira ocupada por la tensión y las llamadas a protestar tras el ataque con bomba del jueves contra las fuerzas de seguridad en el que murieron 42 policías, el más sangriento en tres décadas de conflicto. Nueva Delhi acusó a Islamabad, que negó su implicación.

India elevó ayer el tono contra Pakistán y anunció que tomará «todas las medidas diplomáticas posibles» para aislar a su vecino de la comunidad internacional, tras asegurar haber hallado «pruebas indiscutibles» de su implicación «directa» en el atentado ocurrido la víspera en la Cachemira bajo ocupación india, en el que murieron al menos 42 policías y que es el peor en tres décadas de conflicto.

El atentado, reivindicado por el grupo Jaish-e-Mohammad (JeM), ocurrió a unos 20 kilómetros de la capital de verano, Srinagar, cuando un kamikaze detonó un vehículo cargado de explosivos al paso de un convoy de varios autobuses de la Fuerza Central de Policía de Reserva.

El Ministerio de Exteriores indio señaló directamente a Pakistán por «dar apoyo y total libertad para operar y expandir su infraestructura de terror» a JeM, con base en el país vecino. Pakistán rechazó «enérgicamente» las acusaciones indias por considerar que no se ha producido una investigación que demuestre sus vínculos con el atacante.

Las autoridades restringieron el movimiento y cortaron Internet en el distrito de Jammu, de mayoría hindú, a diferencia de la mitad cachemir del estado de Jammu y Cachemira, la única del país dominada por musulmanes. Y se impuso el toque de queda en la ciudad de Jammu, la capital de invierno, que despertó paralizada por una huelga.

Las autoridades reforzaron la presencia policial en Kakapora, pueblo natal del kamikaze, Aadil Ahmad, adonde fueron miles de personas en señal de apoyo.

Los líderes separatistas lamentaron «cualquier asesinato que se produzca» en Cachemira, en una nota conjunta firmada por Syed Ali Geelani, Mirwaiz Umar Farooq y Yasin Malik. La militarización y la política de mano dura de Nueva Delhi «para aplastar las legítimas aspiraciones políticas de la gente no solo han fallado, han empeorado la situación», afirmaron.

Cachemira, uno de los territorios más militarizados del mundo, es objeto de litigio por Pakistán e India, que por él han libra- do dos guerras y muchos conflictos bélicos menores. La actividad insurgente independentista en la región estalló en 1989.

India ha acusado reiteradamente a Pakistán de apoyar el «terrorismo transfronterizo» y de permitir el funcionamiento en su territorio de grupos que tienen como fin atacar objetivos indios y atizar las protestas entre la población cachemir.