Carlos GIL
Analista cultural

Conocer mejor las Artes Escénicas para amarlas más

Para alguien que lleva tantos años en estos asuntos de la cultura y más específicamente de las artes escénicas, tener contacto directo con públicos reales, con aficionadas que van de manera voluntaria y habitual a las programaciones de teatro, danza y música es algo que ayuda a reflexionar a partir de hechos y experiencias muy sentidas. Fue en una actividad que se realiza con ese marco polivalente que se llama, en general, Escuela de Espectadores. Un concepto que desarrolló Anne Ubersfled para ajustar los análisis de lo ofrecido en los escenarios a los propios espectadores que son una parte irrenunciable del propio hecho teatral. En Donostia, seis mujeres acuden cada lunes a escuchar argumentos de creadores, coreógrafos, y en mi caso alguien que lleva tiempo haciendo críticas de lo presenciado. Fue un encuentro que me ayudó a reconstruir mis propias sensaciones, a descubrir la existencia de personas concretas, con intereses particulares, con aficiones diversas, pero que forman parte activa de la vida cultural de la ciudad, que la disfrutan y que quieren saber más, buscan herramientas para poder discernir más allá de esa primera impresión, fundamental por otra parte, de si han sido afectadas por lo presenciado, que en ocasiones resumimos con un escueto «me ha gustado; o no me ha gustado», que ya utilizábamos siglos antes de los likes de las redes. Y en el esfuerzo de explicar la manera que afronto esa tarea de analizar un espectáculo descubrí una sabiduría popular llena de humildad. Conocer las Artes Escénicas mejor es amarlas más.