Ixai BARRENETXEA
DON0STIA
Elkarrizketa
JOSEBA IRAZOKI
MULTIINSTRUMENTISTA, COMPOSITOR...

«Desde el amateurismo han surgido las propuestas más interesantes»

Con veinte años implicado en el desarrollo de un proyecto global con diferentes direcciones musicales siempre hartas de curiosidad, Joseba Irazoki plantea en «Zu al zara?» una inmersión en el rock contemporáneo más vital y excitante.

Entre dunas verdes, numerosas casas de una planta y caseríos abiertos al sol, palpita Bera. Una pequeña y visual localidad donde se cruzan decenas de músicos bien perpetrados. Joseba Irazoki es uno de sus ilustres vecinos, músico que hoy y mañana presenta en Kafe Antzokia de Bilbo (20.00) y en Bonberena (22.30) de Tolosa su reciente y estimable “Zu al zara?” (Bidehuts).

Hay muchas maneras de percibir este segundo trabajo de Irazoki eta Lagunak, pero todas confluyen en el terreno de las emociones, la perplejidad y la admiración. A lo largo de una hora, once canciones se baten a duelo por conseguir la mejor propuesta de rock contemporáneo profesional desde la ilusión del indomable primerizo, situación inexacta, pues Irazoki lleva más de veinte años zurciendo sonidos y encarando canciones no convencionales.

“Zu al zara?” es tan evanescente (sobre todo desde la voz y el recurso del delay, también en guitarras) como musculado, en especial por la riqueza rítmica y su impacto; por el amasijo de prog, art-rock, sicodelia, folk (sutiles melodías) kraut, experimental... Irazoki envuelve. Porta el músico de la ribera del Bidasoa elegancia rockera y prolijos detalles. En los directos tuerce la boca hacia su izquierda, por el lado del corazón.

Verle, escucharle, palparle, abandonar una tarea... lo que sea con tal de no perderse la cita con sus directos o sus canciones. Ha nacido una estrella, pero fue en el 74.

Ha abandonado la enseñanza, y a un músico no adscrito a la normalidad no le sobra nunca presupuesto. ¿Quemado al no ser un músico convencional y la enseñanza sí? ¿Fue aburrido, tedioso... poco gratificante?

Principalmente quemado y porque, además, nunca he tenido vocación de profesor ni la sigo teniendo. Lo descarto absolutamente mientras pueda. Sí, es un poco todo lo que apuntas, pero, sobre todo, que no tengo vocación y prefiero aprender a enseñar. En cuanto a mi tendencia a la elaboración de música no comercial, ya tengo asumido que es así, aunque te diría que con este disco estoy teniendo la sensación de estar llegando a más gente.

¿De qué ha dependido ponerse a materializar su segundo disco con Lagunak (Buff, Nieto, Gogortza? ¿Qué motivaciones han influido para este nuevo reto artístico?

Acabamos la gira del disco anterior con buenas sensaciones y muy buenas críticas de los conciertos. Creo que conseguimos un sonido compacto y bastante definido, así que he querido aprovechar ese rodaje pensando que esa sería la dirección del próximo trabajo. Habían pasado ya cuatro años y en casa ya tenía temas que me estaban quemando, incluso alguno ya lo estábamos tocando en directo.

¿Si se suma sicodelia, mantras musicales en círculo, progresivo, secuencias repetitivas, experimentación… surge aproximadamente «Zu al zara?»?

Puede ser, no sé si en los discos en concreto, pero siempre me ha gustado tocar diferentes palos y probar diferentes cosas. Este disco quizá sea un poco el resumen de lo que he hecho en distintos proyectos en solitario como DO, On Benito, etc…

¿Este disco es el proceso de años dejando ritmos, acordes, fraseos, ideas latentes… en un lugar «fresco» del disco duro del ordenador?

Normalmente voy guardando ideas que no suelen llegar al minuto en carpetas. Las voy repasando con el tiempo y tras añadir partes se van convirtiendo en canción. Hay ocasiones que surgen canciones del tirón pero más en el formato de cantautor. Lo que tengo grabado lo clasifico por orden de gusto o estilo. Que decida trabajar unas ideas u otras depende del momento en el que me encuentre, qué música esté escuchando, etc… Para este disco la elección se me hizo relativamente fácil. Es lo que ocurre cuando tienes claro qué tipo de proyecto quieres hacer. A partir de ahí, tu cabeza se pone en modo disco y direccionas los sonidos hacia el tipo de música que buscas.

Con todo, y por mucho que exista un esquema, un método de trabajo, la incógnita es cómo se llega al lugar nigromántico donde yacen las notas, frases y/o canciones.

No deja de ser algo misterioso. Me acuerdo de los escultores que suelen decir que la escultura ya está en el tronco de madera y tu labor es la de hacerla brotar. Con la música a veces he tenido esa sensación aunque sé que es bastante rollo místico y yo no lo soy, pero sí que ocurre que, en ocasiones, percibes ese tipo de sensaciones, como que la canción ya está ahí y tú la tienes que descubrir. Una vez completada, o próxima al fin, está claro que la que manda es ella y que hay que escuchar lo que nos está pidiendo.

Hay samplers del percusionista, vocalista e improvisador austriaco/neoyorquino Lucas Lige y del estadounidense Richard Bishope, guitarrista experimental y que a finales de los setenta creaba Sun City Girls, para mayor estima del rock experimental y la improvisación...

Sí, homenajes y piezas que surgieron a raíz de improvisar y tocar por encima de ellos, en este disco no he querido ocultar estas influencias y en esos interludios he usado esos samplers que era algo que tampoco había hecho hasta ahora. Es también realizar fuerza en favor del creative commons.

¿Qué determina el minutaje de cada canción? ¿Es una cuestión emocional, matemática, reglas...? Los espléndidos ocho minutos de «Zigorra» podrían ser cuatro, pero también doce, y no se haría larga porque es delicadamente infinita.

Nada en concreto, pero sí que últimamente he estado escuchando músicas rock de minutaje bastante largo y ha sido una elección bastante consciente en algunas canciones. No sé, estoy en ese punto, en directo también me gusta desarrollar las canciones sin que lleguen a ser un tostón e intentando llegar a sitios interesantes.

¿La escena musical y todo lo que la rodea le parece sana o percibe que existe un deterioro generalizado en cualquiera de sus aspectos: juventud superflua, veteranos quemados, inquietudes en baja forma, imperio de la comodidad, esfuerzos no compensados, postureo...?

Yo la veo bastante bien y sana. Igual me preocupa más a nivel de público. Está claro que las costumbres de ocio han cambiado, pero quizás habría que buscar fórmulas para animar a la gente a ir con mayor frecuencia a los conciertos y facilitar que tampoco se dejen un dineral todos los meses sin que esto afecte al músico o quien trabaje ese día en el concierto. Tengo mis dudas también sobre la profesionalización de los músicos, en Euskal Herria, en general somos profesionales los que también hacemos trabajos como músicos contratados o de sesión, pero aunque sé que es muy difícil quizás surgirían proyectos interesantes si esto se diera en grupos. Siempre me ha parecido que desde el amateurismo han surgido las propuestas más interesantes, pero me gusta el paso que han dado grupos como Belako, Willis Drummond, Niña Coyote eta Chico Tornado....

«Guardo muy buen recuerdo del grupo Zup, con 17 años»

Bera siempre ha sido un misterio respecto a la pluralidad musical, su magia y su sentido natural por la diferencia. Y si ya iba bien vestida por su generosidad de todo tipo de manos, ahora hay un hermano más. Felix Buff, músico que destaca en el disco por su buen gusto y el sentido que la da a su batería, además de ser tan inquieto y plural como usted.

Sí, Felix lleva conmigo mucho tiempo y, además, como indicas, está viviendo en Bera y se me haría muy difícil hacer mis músicas sin tenerle cerca. A parte de ser un superbatería compartimos gustos musicales. Felix es una persona que está siempre alerta para ser mejor músico. Me parece, además, que es un excelente compositor. De hecho, ha incluido dos canciones suyas en los últimos discos grabados conmigo. Tiene una gran visión global y en el disco siempre aporta ideas de producción y sonido. Sobre la batería es un seguro a nivel groove y creo que muy original cuando arregla las canciones.

El hermano de Felix es Johannes Buff (residente actualmente en Baiona), productor del disco junto a usted y Lagunak. Es, de paso, el responsable de grabación y mezclas. Y un técnico de directo con algunos emblemáticos nombres en su agenda.

Johannes es productor, técnico de sonido, mezclador y toca algo de guitarra, bajo y teclados. Al margen de su trabajo en estudio sonoriza conciertos internacionales por toda Europa. Ha estado en la mesa con músicos como Lee Ranaldo [neoyorquino cofundador de Sonic Youth], Thurston Moore [la otra parte de Sonic Youth], The Drones, Zombie Zombie, etc.

¿Alguna vez ha pensado en llenar el hatillo y buscar un punto con las calles más anchas y más próximo al ruido de la acción?

Siempre he vivido en Bera, exceptuando dos años de estudios universitarios en Pamplona y un año en Londres para realizar un curso de guitarra. Guardo muy buen recuerdo de los 17-18 años cuando empezamos con el grupo Zup. También fue importante la primera época del festival Ertz. No obstante, con veinte años sí que me planteé si debería irme a vivir a una ciudad grande [Bera no supera los 4.000 habitantes] para poder estar más en contacto con el mundillo de la música, pero no fue un planteamiento serio. La realidad es que en Bera hay mucho músico y es fácil encontrar compañeros de viaje. Además, ahora con internet también estamos mucho más comunicados para todo y es más fácil trabajar con gente diferente y alejada. Se podría decir que no hay distancias. Aparte de todo esto, he tenido familia, así que por ahora: aquí seguiré. I.B.