La aprobación en el Senado de una moción del PP contra el cumplimiento del calendario para la transferencia de 33 competencias a la CAV, los argumentos de la acusación que se están escuchando estos días en el Tribunal Supremo contra los líderes independentistas catalanes y el último discurso del rey Felipe VI, muestran en opinión de EH Bildu un cuadro de recentralización y de involución democrática, al que debería responderse desde Euskal Herria con la articulación de «un bloque soberanista fuerte que garantice mayorías en favor del derecho a decidir y en favor de las libertad de los pueblos».

Así lo defendió ayer su portavoz, Maddalen Iriarte, en un debate con el lehendakari, Iñigo Urkullu, que subrayó que «aprobar una moción instando a incumplir una ley es inducir a la prevaricación. Plantear esta moción sin ningún efecto práctico, se denomina provocación».

Llamó la atención que, de todas formas, el lehendakari confíe en que tras las próximas elecciones del 28 de abril el «multilateralismo se abra camino» y que «la situación política de España, Euskadi y Catalunya no quedará fuera de esa vía». Maddalen Iriarte le replicó que «parece que ha decidido usted cruzar los dedos y confiar en que los números le sean favorables para intentar vender la idea de que siguen siendo ustedes influyentes en Madrid».

Iñigo Urkullu reiteró en su intervención que «el unilateralismo es inviable y destructivo». Y sostuvo que la moción del Senado aprobada el miércoles «es también unilateralidad».

Sostuvo el lehendakari que, por un lado, «todas las transferencias han llegado a Euskadi a través del pacto», a lo que añadió que «las competencias han supuesto una mejora de la calidad de vida y bienestar de la ciudadanía».

La portavoz de EH Bildu le recordó que esos pactos para conseguir competencias han llegado «cuando le ha interesado al Estado español». Como se ha comentado en alguna otra ocasión, las transferencias son de la CAV y deberían obtenerse gratis, y se convierten en moneda de negociación con el gobierno de turno a cambio de un pago.

Alonso pide colaboración

Después de la agresividad mostrada por el presidente del PP vasco contra el PNV en general y el lehendakari en particular el jueves, ayer Alfonso Alonso rebajó el tono tratando además de a hacerse querer. Iñigo Urkullu había dicho que «el cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika beneficia a todas las personas y no perjudica a nadie, ni aquí ni en el Estado». Y Alonso le respondió que creía que estaba parafraseando a Cánovas del Castillo cuando dijo que «las libertades de los vascongados benefician a quienes las disfrutan y no dañan a nadie a no ser que se tenga por daño la justa envidia que en otros excitan». Explicó que es una frase que le gusta, porque él también defiende «esas libertades de los vascongados» «dentro de una España integrada, plural, liberal y abierta».

Alonso reprochó a Iñigo Urkullu que mal negocio había hecho contribuyendo a derrocar a Rajoy y llevar a Sánchez a la Moncloa, pero acabó diciéndole que «el próximo Gobierno de España», que prevé del PP, le deja abierto «el camino de la colaboración, de la rectificación y de la búsqueda nuevamente de la estabilidad». El lehendakari no se mostró muy receptivo, recordando que el mandato de Rajoy «dejó muchas sobras» a las que se suma la moción del Senado.