E l BCE dio un baño de realidad a los mercados de renta variable europeos al mantener los tipos de interés en el 0%, al menos hasta finales de año, y recortar drásticamente su previsión del PIB, que pasa del 1,7% al 1,1% para 2019. Además, sacará en septiembre otra vez la manguera del dinero barato para animar a los bancos a prestar dinero a las empresas. Estas medidas demuestran que la desaceleración económica ya no es una predicción, y ahora el debate se centra en saber si después llegará la recesión. Según el BCE, esto no pasará en los dos próximos años. En 2020 espera un crecimiento del 1,6%, mientras que en 2021 llegará hasta el 1,5%.

Los malos presagios para la economía europea provocaron un frenazo en las bolsas, que habían conseguido a primera hora de la tarde moverse en zona de ganancias. El Ibex terminó la jornada con 9.249,90 puntos, después de descontar un 0,50%. En su mejor momento, antes de la intervención de Mario Draghi, alcanzó los 9.366 puntos. También recortaban de forma moderada los índices principales de Fráncfort (-0,60%), París (con -0,40%), Londres (-0,53%) y Milán (-0,74%). Las caídas también eran generalizadas en Nueva York una hora después de cerrarse las negociaciones en Europa.

Dentro del Ibex, se vieron dos respuestas distintas al intimidante escenario dibujado por Draghi. Los bancos cayeron sin remisión: Sabadell perdió un 7,25%; Bankia, un 5,33%; Caixabank, un 3,86%; Santander, un 3,51%; Bankinter, un 3,08%; y BBVA, un 2,85%. La otra cara estuvo en el sector energético, que celebraba el retraso en las previsiones para la subida de los tipos con ganancias. Iberdrola (+3,52%), Endesa (+3,29%), Naturgy (+2,80%), Enagás (+2,78%) y Red Eléctrica (+2,64%) lideraron los avances de la sesión.