Natxo MATXIN
OSASUNA

La eficiencia rojilla en ambas áreas amplía la diferencia en el liderato

El Rayo Majadahonda demostró su valentía con el esférico en la primera media hora, pero luego sucumbió ante la pegada osasunista.

OSASUNA 3

RAYO M. 0


Desplegó Graderío Sur en los momentos previos al inicio del partido un enorme tifo carnavalesco con el lema «Sasi guztien gainetik», presagiando una tarde de fiesta ante la visita del Rayo Majadahonda, que finalmente fue así, pero que no estuvo exenta de dudas iniciales ante un rival que se manejó muy bien con el cuero, pero que falló en ambas áreas.

Todo lo contrario que un Osasuna con una pegada bes- tial –marcó en la primera ocasión clara que tuvo–, de nuevo ciclotímico –nada que ver la segunda con la primera parte– y con el viento de cara del liderato. Al mareo con balón que le dio el contrario durante una primera media hora larga contrapuso la eficacia que le da disponer de futbolistas que marcan serias diferencias tanto en los metros finales como cuando les toca abortar las acometidas de los rivales.

Eficiencia contra floritura siempre gana la primera en este deporte en el que lo primordial es que la pelotita entre. Y esa cualidad de los rojillos les permite ser todavía más líderes –el Granada no pasó del empate en Almería–, llegar el primero de la categoría a los 60 puntos después de la treintena de envites disputados, mantener la diferencia de siete sobre el tercero y comenzar a hacer cuentas sobre cuántos le faltan para regresar a Primera dos años después.

Trendrán que sudarlo todavía los de Jagoba Arrasate y el Rayo Majadahonda fue un buen ejemplo de lo costoso que es sumar de tres en tres en Segunda. Los pupilos de Antonio Iriondo demostraron que saben manejarse con el cuero hasta bailar al adversario y desquiciarlo. Solo la falta de pólvora arriba impidió una situación problemática para Osasuna, que sabe leer mejor los encuentros a medida que los minutos van pasando.

A la buena triangulación visitante se le sumó la desordenada presión rojilla y los continuos errores en las combinaciones, con lo que el balón apenas duraba tres pases seguidos en posesión de los anfitriones, quienes abusaban en más de un lance del pelotazo largo. Sin embargo, el riesgo que estaba asumiendo el Rayo Majadahonda cada vez que salía desde atrás con el balón jugado hacía presagiar que el cuadro rojillo iba a disponer de oportunidades para hacer daño. Llegó esa situación al filo del descanso con un robo en tres cuartos tras anticipación de Oier y una jugada combinativa –picadita de Torres– que acabó en las botas del infalible Juan Villar para auparse como pichichi del equipo y disponer de otra más a renglón seguido para colocar el 2-0, que evitó un paradón del ex rojillo Cantero.

Unai y Brandon cierran el envite

Unas ligeras molestias impidieron al delantero onubense salir tras el descanso y apenas un cuarto de hora después de la reanudación, Roberto Torres, aquejado de una gastroenteritis entre semana, también debía ser reemplazado. Osasuna se quedaba sin sus dos futbolistas más resolutivos, pero lejos de resentirse ofensivamente, todavía fue capaz de cerrar el partido con sendas dianas más.

La presión de Brandon arriba y la recolocación de Oier en su puesto habitual de pivote propició una mayor recuperación de balones en zonas de peligro inmediato, que trajeron consigo el cañonazo de Unai García tras dos quiebros dignos de un atacante y el 3-0 del delantero mallorquín para encadenar la undécima victoria consecutiva en El Sadar, una marca difícilmente repetible. El cuadro navarro tendrá que apañárselas en Tenerife sin el centrocampista lizartarra –vio la quinta amarilla– y con la incertidumbre del alcance de la lesión de Juan Villar.

Arrasate: «Le hemos quitado otra hoja al calendario»

«Le hemos quitado una hoja más al calendario. Hemos hecho muchas cosas bien en un grandísimo segundo tiempo, mientras que en el primero hemos estado muy flojos, muy mal con el balón y el rival nos ha desactivado muy fácil», analizó el técnico rojillo, Jagoba Arrasate, sobre el triunfo frente al Rayo Majadahonda.

El preparador de Berriatua le dio valor «al seis por delante», en referencia a los 60 puntos que ha alcanzado la escuadra navarra, aunque avisó de que «hay que mantener la cautela y seguir por este camino». Destacó, asimismo, el hecho de encadenar once partidos caseros ganados de manera consecutiva, una marca «muy difícil», aunque «es una gozada jugar aquí cada quince días», dando preponderancia al apoyo recibido de la afición.

Explicó el por qué de la titularidad de Sergio Herrera. «Estaba preparado para jugar y Rubén –fue padre el jueves– ha vivido una semana atípica y emocional, con dos viajes a Barcelona», justificó. También indicó que le gustó más el equipo con Oier «jugando en el medio campo».

Por su parte, el entrenador del Rayo Majadahonda, Antonio Iriondo, se quejó de la «falta de oficio» de los suyos y vio a un Osasuna «que apunta a campéon, muy consistente y con grandes pegadores». N.M.