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El Parlamento impide a May votar el mismo texto

Theresa May no puede volver a someter a votación en el Parlamento el mismo acuerdo de Brexit si no hay cambios sustanciales en el texto, que ya fue rechazado por amplia mayoría, dictó ayer el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, frustrando así los planes de la primera ministra a once días de la fecha fatídica de salida de la Unión Europea. Londres confirmó que solicitará a Bruselas un aplazamiento de la fecha para el Brexit.

El presidente del Parlamento británico, John Bercow, aclaró ayer que no se puede celebrar una nueva votación sobre el mismo acuerdo del Brexit que fue rechazado, frustrando así los planes del Gobierno de Theresa May de convocar otro voto para llevar su resultado a la reunión del Consejo Europeo que arranca el jueves en Bruselas y superar así la crisis. La libra esterlina cayó un 0,62% frente al euro y un 0,52% frente el dólar tras la declaración de Bercow.

Bercow citó una norma parlamentaria que se remonta al siglo XVII para avanzar que no es legítimo someter a votación una misma cuestión en más de una ocasión en un único curso parlamentario. El acuerdo del Brexit ya fue rechazado estrepitosamente en dos ocasiones, el 15 de enero por 230 votos y el martes pasado –cuando incluyó documentos adicionales acordados entre Londres y Bruselas– por 149. Agregó que, ante la perspectiva de una tercera o incluso una cuarta votación del texto, May debía presentar «una nueva propuesta que no sea la misma, o que no sea sustancialmente la misma» que la descartada por el Parlamento.

Cuando se acerca peligrosamente el 29 de marzo, día en que Reino Unido debe abandonar la Unión Europea, y en una atmósfera de total improvisación, May quería volver a someter a votación su acuerdo y había mantenido negociaciones contrarreloj con diputados críticos de su partido y del unionista DUP para tratar de convencerlos de que cambien de idea y respalden el texto antes del jueves.

Pero la advertencia de Bercow sorprendió en medio de esos contactos a la primera ministra, que según un portavoz de Downing Street, no conocía de antemano el contenido del aviso ni sabía que el presidente de los Comunes planeaba hacer una declaración.

En cambio, las palabras de Bercow fueron bien acogidas por los euroescépticos, que creen que el acuerdo actual hace demasiadas concesiones a la Unión Europea.

«Perspectiva realista»

Antes de la decisión de Bercow, que dio así un nuevo giro teatral a un drama político que parece no tener fin, el portavoz oficial de May había asegurado que solo se convocaría la nueva votación si existía una «perspectiva realista» de ganarla, lo que no estaba garantizado.

Un grupo de 23 tories euroescépticos, en una carta pública, reiteraron su rechazo al pacto alcanzado con Bruselas y aseguraron que una ruptura no negociada con la UE puede favorecer al Reino Unido.

May quería llevar el resultado de la nueva votación a la cumbre europea de esta semana, pero ahora no tiene tiempo material para agregar nada nuevo al texto como hizo la última vez, cuando se sacó in extremis de la chistera unas «garantías legalmente vinculantes» de Bruselas para «mejorar» el acuerdo que había sido rechazado en enero.

Los líderes europeos, frustrados con este surrealista bloqueo que atribuyen a la política interna británica, ya avisaron de que no están dispuestos a renegociar.

Ayer mismo, los ministros de Exteriores de los 27 instaron a la primera ministra a precisar cuánto tiempo adicional quiere Londres y para qué, antes de aprobar ese aplazamiento, que el titular británico para el Brexit, Kwasi Kwarteng, confirmó que May solicitará formalmente al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

Técnicamente puede hacerlo hasta «una hora antes» del Brexit, previsto a las 11.00 GMT del 29 de marzo.

La propuesta será debatida en la reunión del Consejo Europeo de esta misma semana. Si la UE rechaza el aplazamiento, Reino Unido saldrá de la UE sin acuerdo el 29 de marzo, subrayó el ministro para el Brexit.

May advirtió la semana pasada de que si no lograba aprobar el texto antes de la cumbre europea, los diputados, que el jueves votaron a favor de pedir una prórroga, debían prepararse para un largo aplazamiento de la fecha de salida de la UE.

Hasta el anuncio de Bercow, también los responsables europeos esperaban que el Parlamento británico aprobase el texto esta semana.