Maite UBIRIA

GLUCKSMANN, PATRÓN DE UNA LISTA VINTAGE PARA EUROPA CON UN PS ENMASCARADO

Place Publique ha generado, a la postre, una onda expansiva limitada en el escenario preelectoral francés. Descartada la gran alianza de la izquierda y el ecologismo, su prócer, Raphaël Glucksmann, liderará una lista europea a medias con el PS, aunque sin nombrarlo.

Por primera vez desde 1979 no habrá una papeleta con el nombre del Partido Socialista francés en las próximas elecciones europeas. El partido que entró en barrena tras la debacle de 2017 esconderá sus siglas tras la figura del ensayista Raphaël Glucksmann que, a cambio de encabezar la lista, deberá aceptar que aproximadamente la mitad de la plancha esté ocupada por los candidatos que votarán las bases del partido de la rosa el próximo 2 de abril. Cinco meses de travesía han abocado al artefacto político de nuevo cuño Place Publique a recalar en un dudoso puerto de refugio, el del PS, toda vez que las principales siglas de la izquierda y el ecologismo político han declinado hacer causa común en los comicios del próximo 26 de mayo.

En una operación de manual, que lleva a algunos analistas a presentar a Raphaël Glucksmann como un «aprendiz de Macron», este ensayista de 39 años de edad, escoltado por una selecta representación de la «sociedad civil», presentaba en noviembre del año pasado su nuevo movimiento.

Hasta dicha ágora se acercaron personalidades de alta gama con el propósito declarado de vertebrar un espacio de izquierda, ecologista y europeísta. Sobre el mapa, el horizonte estaba claro: dotar de una sola oferta electoral a ese espacio en disputa que parte de los dominios de La République en Marche (LREM) de Emmanuel Macron, discurre por el campo devastado del PS, toma oxígeno en las verdes praderas del ecologismo y llega hasta el palacio de invierno de la France Insoumise de Jean-Luc Mélenchon.

Mirando de reojo, pero desde una distancia calculada al movimiento de los «Chalecos Amarillos» que ya para entonces ocupaba las calles, Place Publique marcó el 20 de diciembre como fecha clave para dirimir sobre las premisas que las izquierdas podrían compartir para recuperar terreno electoral.

Sin embargo, el excandidato del PS a la Presidencia gala, Benoît Hamon, hoy a la cabeza de Générations, declinó una invitación por la que el insumiso Mélenchon ni siquiera se sintió concernido. Con un PS en compás de espera, fue, no obstante, el descarte de Europe Ecologie-Les Verts el que provocó el desencanto final.

Aunque en un principio los ecologistas acusaron la presión de Place Publique, que recurrió a señuelos como el de proyectar a una estrella verde, Claire Nouvian, entre sus filas, finalmente su líder, Jannick Jadot, se ha visto confortado por la coyuntura favorable que dibujan para sus intereses unas calles en las que el amarillo cede terreno al verde.

Del amarillo al verde

La ola verde se levantó a principios de otoño pasado en el Hexágono, pero se vio eclipsada por la intensa irrupción en las calles –y aún más en las tribunas mediáticas– de los «Chalecos Amarillos». Sin embargo, la entrada en fase menguante del movimiento de rechazo a la injusticia fiscal, al que Macron, con éxito desigual –a la vista de las escenas de cruda revuelta urbana del pasado fin de semana en París– y una gran dosis de autoritarismo –recorte del derecho de manifestación–, trata de abordar como mera «cuestión de seguridad», ha dejado el terreno libre al movimiento que denuncia las responsabilidades sobre el cambio climático.

Tras el importante eco logrado por la huelga estudiantil del pasado viernes, y la marcha del siglo, el sábado, otra cita apunta ya al 19 de abril, con llamamiento incluido a «bloquear la república de los que contaminan», ya directamente en la recta final hacia las elecciones europeas.

Entretanto, el foro virtual lleva camino de vaciarse. De hecho, uno de sus tres fundadores, Thomas Porcher, tras aclarar que también él recibió oferta de entrar en la plancha en que figurarán sus excompañeros Raphaël Glucksman y Claire Nouvian, anunciaba en entrevista con “Le Journal de Dimanche” que abandona Place Publique.

«No voy a convertirme en el aval del PS ni quiero que Place Publique se convierta en el envoltorio de un producto caducado», espetaba el economista.

El Consejo Nacional del PS, con algunas deserciones, que apenas cambian nada dada la estampida que vive este partido desde hace dos años, avaló el sábado esconderse tras un cabeza de lista que debutó en política con la marca Alternativa Liberal (2006-2011).

Enterrador en twitter

El ensayista que el 1 de julio de 2017 sentenció vía twitter la muerte del PS para dejar sentado que «a veces lo viejo debe morir para que lo nuevo pueda abrirse paso», liderará finalmente una candidatura vintage, con la anuencia del atenuado líder socialista, Olivier Faure, que ni ha dado un paso al frente ni ha conseguido convencer a ninguna figura de prestigio de la sociología socialista para guiar una lista a cara descubierta.

En ese clima de desafección extrema en el campo rosa, el trato se ha cerrado: un ensayista de ideología encriptada pilotará una lista compartida entre las personalidades que él mismo encumbre y los postulantes que deben avalar las aturdidas bases del PS.

En resumen, a falta de una plaza común, la izquierda hexagonal vuelve a situarse en la encrucijada, o más bien en una rotonda en la que cada cual buscará su propia salida, saltándose si es preciso el ceda el paso, por más que ello eleve el riesgo de colisión.