El logo de Navarra Suma es parecidísimo al de UPN. Eso queda muy claro. Javier Errea metió un meneo en 2017 a la imagen clásica de UPN sobre fondo azul y la convirtió en una servilleta roja formando el mapa de Nafarroa. Pues bien, el logo de Navarra Suma es la misma servilleta con un par de dobles más.

Ciudadanos y PP ceden todo el protagonismo gráfico a los regionalistas de Esparza. Pero la formación de Ana Beltrán deja claro que ellos quieren estar bien presentes. Acudieron al acto en tropel y con Amelia Salanueva, que pasó de intentar ser presidenta de UPN a ejercer de tránsfuga en el PP. Ella es su gran apuesta para el Senado. Y Beltrán estaba convencida de que ayer era importantísimo salir en la foto.

Salanueva añade interés a lo que ocurra en el Senado, donde la lista es abierta y competirá por tanto en cierto modo con Alberto Catalán. UPN ha relegado al barón al tercer puesto. No parecía muy contento. «Voy como Baltasar, para poner la nota de color», disparó a un corrillo de periodistas.

Por su parte, la marcha de Salanueva generó enorme malestar entre los responsables de UPN. El responsable de Organización la acusaba de pesetera.

Para mayor intríngulis, Ciudadanos coloca también en esta candidatura al Senado, y como número uno, a su única candidata con opciones de llegar a las Cortes: Ruth Goñi. A ver qué tal le sale con el voto libre.

Goñi: «Arriesgado»

Goñi tomó la palabra solo por detrás de Esparza. Se presentó como una novata en política con muchas ilusiones que traía apuntadas en un papel. Y reconoció que la entente que han conformado tiene tela: «Es una apuesta arriesgada, decidida y firme para poner en valor todo lo que nos une y dejar las diferencias a un lado», todo ello justificado «en un momento crítico» por el objetivo común de «aglutinar todo el voto constitucionalista».

Era mejor que Ciudadanos no tuviera representación en el Congreso, porque el plan de Navarra Suma es acabar en el Grupo Mixto. De ahí que Alberto Picón, el cuarto en la lista y primero de los naranjas, acudiera ayer a la foto a sabiendas de que el 28 de abril se quedará para vestir santos.

El cabeza de lista elegido en las primarias del domingo por las bases de UPN, Sergio Sayas, por su parte, intervino con más tablas que Goñi y un gesto de satisfacción. Tiene asiento asegurado, obviamente. Lo lógico es que Navarra Suma tenga otro escaño más, que será para Carlos García Adanero. Si sumasen los mismos votos que por separado podrían incluso arañar el tercer escaño, pero es más factible que se les escape la tercera plaza y que la aspirante del PP, Cristina Sanz, se quede a dos velas tras cuatro años de vida plácida en el Senado. En 2015, Sanz se presentó también a la Alcaldía de Iruñea y no obtuvo siquiera plaza de concejal.

Libertad e ilusión

Sergio Sayas puso el acento en que todo esto es para que «Navarra recupere la libertad». Aseguó que el nacionalismo (vasco, claro) no tiene cabida en el siglo XXI y que «Navarra es Navarra y Navarra es España». Y que quienes no piensan como él son «unos sectarios».

Javier Esparza, líder de UPN, intentó mientras tanto vender un producto que de momento ha creado en la opinión pública partidaria más recelos y debates que otra cosa. Él, por contra, percibe que esta coalición a tres bandas «ha sido capaz de generar una tremenda ilusión en miles y miles de navarros», algo de lo que están «orgullosos» porque responde a su objetivo de «aglutinar en torno a sí a navarros y navarras que creen en esta tierra y quieren que Navarra siga siendo Navarra, una Comunidad foral, diferenciada, española, europea».