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LONDRES

Assange recibe la primera condena a la espera de la extradición a EEUU

El Gobierno ecuatoriano de Lenín Moreno se deshizo finalmente de «su piedra en el zapato» permitiendo a la Policía británica que entrara en su embajada en Londres para detener al creador de WikiLeaks Julian Assange, refugiado allí desde 2012. Solo unas horas después ya estaba condenado por un tribunal británico y Estados Unidos hacía pública su demanda de extradición por «pirateo informático» de la que el propio Assange había alertado.

Julian Assange, detenido ayer por las autoridades británicas después de que Ecuador le retirase el asilo diplomático concedido en 2012, demostró tener razón en su temor a ser extraditado a Estados Unidos.

El australiano, de 47 años, de piel pálida, cabellos canos y expresión sobria, pasó casi siete años encerrado en la Embajada ecuatoriana situada en el barrio londinense de Knightsbridge. Ayer, con una apariencia envejecida y débil, seis policías vestidos de civil lo sacaron por la fuerza hasta un furgón policial.

Había entrado allí el 19 de junio de 2012 para escapar de una extradición a Suecia por una acusación de violación cuyas bases acabaron siendo desestimadas. Pero temía ante todo ser entregado a Estados Unidos para ser juzgado por la difusión en 2010 de cientos de miles de documentos militares y diplomáticos de Estados Unidos.

Cuando hace unos meses afirmó que pesaban en su contra cargos supuestamente secretos en ese país, algunos lo acusaron de paranoia, pero sus temores se confirmaron cuando la Policía británica anunció que las autoridades estadounidenses emitieron una orden de extradición contra Assange.

Durante el año 2017, tras la elección en abril a la Presidencia de Lenín Moreno, que dio un giro a la política ecuatoriana y a su diplomacia, Assange se convirtió en un huésped incómodo para Quito, –«una piedra en el zapato» dijo Moreno– que ayer le retiró finalmente el asilo y la nacionalidad ecuatoriana.

Su larga reclusión había hecho que su protagonismo se fuera apagando hasta que en noviembre de 2016 WikiLeaks publicó miles de mensajes secretos de la campaña de la candidata demócrata a la Presidencia, Hillary Clinton, lo que pudo beneficiar al actual presidente, Donald Trump. «No sé nada sobre WikiLeaks. No es asunto mío», reaccionó ayer Trump, quien anteriormente había asegurado amar esa plataforma.

La campaña de Clinton acusó a WikiLeaks de estar difundiendo «propaganda rusa», pero Assange negó estar al servicio de Moscú. «WikiLeaks ha publicado más de 800.000 documentos relacionados con Rusia o (su presidente Vladimir) Putin, y la mayoría son críticos», afirmó.

Y en octubre de 2017 respaldó a los independentistas catalanes divulgando imágenes de la represión policial durante el referéndum de independencia.

Poco después de haber sido sacado de la Embajada, compareció ante un tribunal británico que, en un juicio rápido, lo declaró culpable de haber violado las condiciones de su libertad provisonal por no haberse presentado ante un tribunal en 2012 por el caso reclamado en Suecia. Si bien la pena exacta no se conocerá hasta más adelante, podría recibir una condena de hasta doce meses de cárcel.

El editor australiano alegó que no tuvo una audiencia judicial justa porque el marido de la jueza que llevó el caso resultó perjudicado por las publicaciones de WikiLeaks. «Eso es ridículo», afirmó el juez del tribunal, Michael Snow , que definió a Assange como «un narcisista incapaz de superar sus propios intereses», y lo citó para otra audiencia el día 2 de mayo.

Pero el arresto también está vinculado a la demanda de extradición de EEUU. El Departamento de Justicia estadounidense lo acusa de un delito de «pirateo informático» por el que puede ser condenado hasta a cinco años de prisión. Su abogado, Barry Pollack, anunció que se opondrá a la extradición porque sienta «un peligroso precedente para los periodistas y los medios de comunicación».

WikiLeaks reprochó a Ecuador haber «puesto fin de forma ilegal al asilo político acordado a Julian Assange, en violación del derecho internacional» y haber «invitado» a la Policía británica a entrar al recinto diplomático.

Por su parte, el presidente ecuatoriano defendió la retirada del asilo a través de un vídeo en el que presentó la medida como una decisión «soberana» de Ecuador y tomada «después de repetidas violaciones de las convenciones internacionales y de los protocolos de la vida cotidiana». La nacionalidad ecuatoriana también le fue retirada.

«No ha respetado ninguna de sus obligaciones y esto obligó a Ecuador a poner en vigor en octubre un protocolo especial sobre la cohabitación en una Embjada (...), continuó incumpliendo el protocolo», acusó el embajador ecuatoriano en Londres, Jaime Marchan.

El titular ecuatoriano de Exteriores, José Valencia, afirmó que Reino Unido se ha comprometido con el Gobierno de Moreno a no entregar a Assange a ningún país donde pueda ser condenado a pena de muerte o pueda sufrir torturas y malos tratos.

Pero la relatora de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales Agnes Callamard, advirtió de que la expulsión de Assange le pone «en un peligro real de graves violaciones de sus derechos fundamentales».

Carlos Póveda, abogado ecuatoriano de Assange, dijo temer por la vida del activista si es extraditado a EEUU. A su vez, el relator de la ONU sobre el derecho a la privacidad, Joe Cannataci, quien la semana pasada solicitó reunirse con el fundador de WikiLeaks en la Embajada, señaló que su detención no cambia sus planes de intentar encontrarse con él «allí donde se encuentre detenido» y «evaluar las reclamaciones de Assange».

Por su parte, el Gobierno británico defendió la medida frente a las críticas. «Nadie está por encima de la ley», afirmó la primera ministra, Theresa May, mientras el titular de Exteriores, Jeremy Hunt, aseguró que Assange «no es un héroe».

Acusaciones desde Washington contra Assange y críticas de Correa a la «traición» de Moreno

El Departamento de Justicia de EEUU desveló que Julian Assange está acusado de un cargo federal de conspirar con la exanalista militar Chelsea Manning para acceder ilegalmente a un ordenador del Gobierno. WikiLeaks publicó en 2010 decenas de miles de documentos clasificados sobre las guerras de Afganistán e Irak y numerosos cables diplomáticos. Manning fue quien filtró la información y fue condenada a 35 años de cárcel por un tribunal militar. Tras someterse a un cambio de sexo, sufrir varios intentos de suicidio y pedir perdón por «haber perjudicado a EEUU», Barack Obama le conmutó la pena y recuperó la libertad en 2017. Sin embargo, el mes pasado volvió a ser detenida por negarse a responder a las preguntas de un tribunal sobre el caso.

Por su parte, Rusia acusó a Londres de «estrangular la libertad», mientras el expresidente ecuatoriano Rafael Correa, bajo cuyo mandato Quito concedió asilo a Assange, calificó a Lenín Moreno como «el traidor más grande de la historia ecuatoriana y latinoamericana», y atribuyó la retirada del asilo político a una venganza personal, porque WikiLeaks desveló «el grave caso de corrupción en el que está envuelto Moreno».

El secretario de Estado británico para Europa y América, Alan Duncan, estimó las críticas «totalmente infundadas», porque «sus derechos no han sido violados. Hemos hecho todo correctamente en el respeto al derecho internacional y en cooperación con el Gobierno de Ecuador».GARA