Joseba VIVANCO
Athletic

Siesta de carnero

Los vallecanos se han adelantado en el marcador en sus últimos cinco duelos, pero son el peor equipo liguero en las segundas partes.

‘‘El estilo Bielsa estaba en la siesta’’. Fue mi primer titular de una crónica del Athletic, allá en 2011, debut del ‘Loco’ argentino ante una expectante Catedral, una decepcionante imagen de los leones que para nada auguraba lo que estaba por venir. Aste Nagusia apuraba sus últimos katxis, 26ºC de temperatura en una soleada jornada, el horario del partido las cuatro de la tarde, un encuentro que acabó por aburrir al personal, un correcalles de pollos sin cabeza, y un empate y gracias ante un Rayo Vallecano que tiró más veces a portería que los leones, y cuya afición dio toda una lección de apoyo a los suyos, del minuto uno al noventa. La anécdota, el gol local fue de Ander Iturraspe, el primero como rojiblanco; no volvería a anotar hasta tres temporadas más tarde, dos tantos más.

Mucho ha llovido desde aquel caluroso día en el que Bielsa resumió lo visto con dos pinceladas dignas de su afamada oratoria: «Me pareció más visible la influencia del entrenador del Rayo en su equipo, que la mía en la expresión del Athletic». En cristiano, que el entrenador rival, José Ramón Sandoval, le había ganado la partida. A las cuatro de la tarde no, peor todavía, dos horas antes y con el estómago aún indeciso, el Athletic recibe a un Rayo en apuros, que no se acercaba por la capital bilbaina desde hacía tres campañas. Lo hará acompañado de un buen número de seguidores rayistas, a muerte con su equipo máxime tras la última victoria ante el Valencia y ese halo de esperanza del que se han imbuido. El culpable de insuflar ese optimismo no es otro que Paco Jémez, admirador de Bielsa, seguramente incomprendido como el argentino –el canario es el único entrenador de la historia de la Liga (mínimo 125 partidos) que ha perdido más de la mitad de sus partidos–, pero que no renuncia a su propuesta futbolística por mal que vayan las cosas. Nada que ver con el giro copernicano que adoptó el Athletic con la llegada de Gaizka Garitano, que hizo lo que había que hacer y lo ha hecho bien.

El Athletic es favorito, pero el Rayo está necesitado. Faltan siete jornadas y a nadie le sobra ni siquiera un punto. Hace tan solo dos semanas, el Rayo vivía en estado depresivo. Acumulaba siete derrotas seguidas, afrontaba los partidos mermado de moral por su caída libre sin freno y esa mala racha acabó con la destitución de Míchel.

Tres partidos con Jémez han servido para sumar cuatro de nueve puntos posibles. Chute de moral, protagonismo para jugadores que no contaban y cambio de esquema táctico, dejando atrás la defensa de cinco y mutando a una de cuatro, con dos laterales puros y dos centrales cuya misión, aparte de defender, es la de sacar el balón jugado desde atrás. Equipo aguerrido y protagonista con el balón, señas de identidad de Jémez.

El Rayo de las segundas partes

El Rayo Vallecano acabó la pasada jornada con su peor racha negativa en Primera, y Jémez seguro que quiere poner fin a otra que le persigue como una inquietante sombra: encadena 34 partidos sin ganar fuera de casa (22 derrotas 12 empates) y no logra una victoria a domicilio desde 2015. Desde luego que nadie en Bilbo quiere que hoy rompa ese maleficio. El Athletic deberá estar atento, sobre todo, a su delantero Raúl De Tomas, 13 goles este campeonato, como a Embarba, que suma 4 asistencias. El arma bilbaina, los 10 goles y 4 asistencias de Iñaki Williams.

Los hombres de Garitano deberán tener también presente un dato que revela una importante fisura en la propuesta del conjunto rayista: los de Vallecas se han adelantado en los cinco últimos partidos, perdiendo ante Barça, Villarreal y Eibar, empatando ante el Betis y ganando al Valencia; es el peor equipo en los segundos tiempos, con 14 goles a favor y 32 en contra. Ayer, Jémez dejó claro que sus intenciones hoy son «tratar de llevar la iniciativa y marcar primero». Tiene claro que no quiere que «nos metan en el área, tenemos que hacerles un partido incómodo y competir bien las acciones a balón parado, en las que hemos mejorado bastante».

El Rayo recupera importantes efectivos, el Athletic pierde fuelle en su banda derecha, sin Capa ni Ibai, por lo que veremos por quién se decide Garitano y si da la alternativa a Susaeta. Como veremos si Muniain recupera la titularidad. Por si no hubiera alicientes, retorno de Aduriz a San Mamés tres meses después. Así que si el Athletic decide echarse la siesta, que sea del carnero, la de antes de comer.

Garitano: «El margen de error ya no existe, ganar sería un pasito más»

«El margen de error ya no existe para que cada cual cumpla sus objetivos», dejó ayer claro Gaizka Garitano. Hoy no cabe el tropiezo. «El equipo afronta el partido con esperanzas, sabiendo que cada vez queda menos y estamos cerca de los puestos de arriba», añadió el de Derio, ante un choque decisivo para seguir teniendo aspiraciones a un premio mayor que el pensado hace meses. El propio técnico lo dijo, «cuando cogimos el equipo, el Rayo tenía más puntos o parecidos que nosotros». Si la posición del rival es ahora más angustiosa y si eso le hace más peligroso, Garitano cree que no: «Peligrosos somos todos, cada cual juega por una cosa, los que se juegan la permanencia lo dan todo, pero es algo que nosotros en eso no fallamos tampoco nunca, en intensidad y concentración, pero tenemos también que jugar bien para ganar».

Lo dijo esta semana Iñigo Martínez, «hay ganas de ganar». Y Garitano se reafirma: «Siempre que se acerca un partido estás con ganas de jugarlo, y más sabiendo que queda menos, que volvemos a jugar en casa, donde nos sentimos muy fuertes. Una victoria en casa supondría dar un pasito más hacia los puestos de arriba». El entrenador vizcaino no quiere mirar al Rayo, «creo más en hacer un buen partido y mirarnos a nosotros mismos», aunque destaca del rival que «se hace peligroso por los jugadores buenos técnicamente que tiene». J.V.