Trabajadoras del Servicio de Ayuda a Domicilio de Bizkaia (SAD) realizaron ayer la primera de las siete jornadas de huelga convocada por los sindicatos ELA, LAB, UGT y USO. Tras concentrarse ante el ayuntamiento de Bilbo, ocuparon la entrada del Registro General.

En el interior, mediante una sentada, reclamaron mejoras laborales con una pancarta que indicaba “Garantía de empleo y calidad de servicio». Pasada media hora, la Policía Municipal y la Ertzaintza les emplazaron a abandonar el lugar para evitar un desalojo a la fuerza. Hoy cumplirán su segundo día de paro y los próximos serán del 13 al 17 de mayo.

Estos siete días de huelga se suman a las 26 que se han llevado a cabo hasta la fecha. Las centrales detallaron que ya se han cumplido dos años desde que empezaron con las movilizaciones y este es el primer aniversario desde que decidieron dar un paso más y convocar los paros.

Han llegado a esta situación, principalmente, porque el convenio está sin renovar desde hace cuatro años y llevan siete años con los salarios congelados. «Es evidente que el conflicto de la Ayuda a Domicilio está enquistado», manifestaron las centrales. Este servicio «esencial» emplea a más de 1.500 trabajadoras y atiende a más de 8.000 personas dependientes.

Responsabilidades

«Las patronales, con su nula voluntad para dignificar las condiciones de las trabajadoras y su ambición por mantener los enormes beneficios a costa del dinero público son, junto a los ayuntamientos, los principales responsables de esta situación», subrayaron. Emplazaron a las instituciones públicas a que asuman su responsabilidad: «Especialmente los ayuntamientos, los cuales tienen la competencia del servicio».

Recordaron también las consignas de las que se “apropian” las instituciones en vísperas del 8 de Marzo: «Parece que luego olvidan las declaraciones institucionales en las que denuncian ‘la precariedad laboral y la pobreza de las mujeres’ y su compromiso a ‘poner en el centro de sus políticas públicas las tareas de cuidado’».

La mesa de negociación se reunió por última vez en octubre, cuando los sindicatos marcaron como «esenciales» ciertos puntos que las patronales «desecharon». Reclaman unas cláusulas de inaplicación, flexibilidad y movilidad geográfica, la eliminación del artículo 18 que permite «llevar la flexibilidad de las jornadas al extremo», no excluir los supuestos que hoy se excluyen del complemento del 100% por enfermedad o accidentes laborales, y subidas salariales por encima del IPC para los años 2016, 2017, 2018 y 2019.