M.I.
GRACIAS A DIOS

Ozon pone voz a las víctimas de abusos

A Ozon hay que agradecerle la valentía de no cambiar los nombres de los implicados en el caso pedófilo de la diocesis de Lyon, porque todos los días asoma alguna noticia sobre el sacerdote abusador Bernard Preynat y el cardenal Barbarin que lo encubrió. Lo último que he podido leer dice que el Papa Francisco no ha aceptado la renuncia presentada por Barbarin, quien aún así hapreferido retirarse de su cargo eclesiástico.

Aunque el cine de Ozon es un cine de autor, con “Gracias a Dios” (2018) ha sabido demostrar que también sabe ser modesto y ponerse al servicio de los hechos en una obra tan equilibrada como perfecta. Sin volcarse del todo en la investigación periodística sobre la pedofilia en el seno de la Iglesia Católica, como lo hacía la oscarizada “Spotlight” (2015) de Tom McCarthy, prefiere dar voz a las víctimas, a las que sí cambia el nombre para respetar su derecho a la intimidad. Los cuatro fundadores de la asociación activista La Parole Liberée son interpretados en la ficción con gran verismo por Melvil Poupaud, Dénis Menochet, Swann Arlaud y Éric Caravaca.