Beñat ZALDUA
A los leones

Españoles no, europeos... tampoco

Una lectora indignada llamó ayer por la mañana a la redacción para lamentar la ausencia de crónica alguna sobre el debate electoral de ETB2 en la edición de GARA de ayer. Lamentaba que hubiésemos cubierto los debates españoles y no los vascos. Se entiende la queja, por lo que aprovecho para aclararlo: el debate sí que se cubrió; la crónica fue publicada en NAIZ sobre la 1.00 de la madrugada, una hora a la que la edición en papel está ya cerrada. Los horarios del debate fueron un despropósito: de 22.30 a 00.30. Entre semana.

Por lo demás, el debate transcurrió sin sobresaltos. Fue un respetuoso y aburrido intercambio de argumentos entre cinco candidatos con el freno de mano puesto. Admitamos la paradoja: nos quejamos cuando se impone el griterío y nos aburrimos cuando impera el buen rollo. Nadie ganó, nadie perdió, a excepción de Maroto, cuya oportuna indisposición alimenta la posibilidad de que San Prudencio sonría a Ruiz de Pinedo y a los alaveses.

El debate fue, en cierto sentido, la demostración de que este es un país políticamente diferente al que empieza del Ebro para abajo. Tanto por la forma del debate como por su contenido. Baste recordar los constantes requiebros que el sustituto del PP, Javier de Andrés, tuvo que realizar para matizar a Maroto y Casado. Los consensos mínimos en materias como la eutanasia o la defensa de ayudas sociales, por los que PSOE y Podemos suspiran en el Estado, cuentan aquí con mayorías incontestables.

Es más discutible, sin embargo, que socialmente la diferencia resulte del mismo tamaño. Me remito al demencial horario del debate y a su audiencia. Fue seguido por el 8% de los telespectadores. El 26% prefirió ver “Supervivientes”.