Joseba VIVANCO
Athletic

La mejor despedida posible

Victoria rodada de los rojiblancos a los que un empate en Sevilla les basta para sellar una remontada histórica y meterse en Europa.

ATHLETIC 3

CELTA DE VIGO 1


Sugería Antonín Panenka, sí, el del famoso penalti a lo Panenka, que «siempre intenta que te aplaudan cuando te marchas y no cuando llegas». No solo el Athletic de esta temporada se despidió ayer aplaudido, sobre todo tras el 3-1 que le endosó al Celta para rozar con los dedos la clasificación europea, sino esos tres mosqueteros rojiblancos de los que la afición siempre guardará un eterno recuerdo. Dice el escritor argentino Eduardo Sacheri en su libro de cuentos sobre fútbol ‘‘La vida que pensamos’’, que «un niño puede cambiar varias veces de equipo de fútbol, sobre todo si abundan tíos y primos mayores dispuestos a comprar con balones y camisetas la fidelidad de un corazón novato, pero que el día en el que se llora por uno, ya no hay vuelta atrás, puesto que de la alegría se puede volver, pero no de las lágrimas». Lo cierto es que ninguno de ellos necesita tener en sus vitrinas un flamante One Club Man Award porque fueron corazones novatos que un día lloraron por el Athletic y ya no podrán dejarlo. No hay puerta de salida para ellos, solo el agradecimiento que, especialmente, la grada popular les brindó en un, todo hay que decirlo, graderío casi desangelado. Una pena.

El Athletic jugará Europa League si puntúa en el Sánchez Pizjuán. Sin previas si gana, con previas si empata. Si pierde quedara a expensas del Espanyol-Real Sociedad. Un 77,7% de posibilidades de ser séptimos. Los leones hicieron los deberes en un partido que fue rodado y en el que Susaeta, Iturraspe y Rico se despidieron de San Mamés. Quién lo hubiera pensado en enero....

La tarde lo tenía todo. Sol, buena temperatura, mucho en juego, emotividad, y el Athletic dejaba claro desde el inicio que no quería dejar pasar la oportunidad de sellar una remontada liguera histórica, inédita, épica. De jugarse el descenso a finales del año pasado a prácticamente meterse en Europa la próxima temporada. Y al descanso, los leones ya sentenciaban un partido que empezaba con un par de sustos celtiñas ante la meta de Iago, pero que acababa decantándose merced a la pegada local sustentada en un juego de anticipación y presión que asfixiaba al Celta.

Decía un sabio muy sabio, al que con solo ver un partido de fútbol le bastó para saber de qué iba este juego, que si cruza la línea de meta es gol. El Celta hizo un gol en falta lateral que no subió al marcador por fuera de juego. Era el minuto 4. En el 12, jugada calcada y Moi Gómez que cabeceaba fuera por poco. Si cruza la línea de meta es gol. No la cruzó, que es lo que sí hizo el Athletic. Primero, penalti sobre Muniain que ejecutó Raúl García; solo 92 segundos después, Williams habilitaba para Muniain en el área y el pase lo empujaba ‘Rulo’ a la red.

La segunda parte fue un quiero y no me dejan del Celta, en la que Williams aprovechó un regalo del portero vigués para hacer el tercero y un equipo gallego que no pudo acercarse a Iago hasta esos minutos casi finales en los que una mano involuntaria de Aduriz permitía a Aspas recortar distancias pero no empañar la tarde rojiblanca. El resto, es ya historia. Susaeta, Itu, Rico... y en el Pizjuán, la historia puede ser interminable...

Sentido homenaje final de la grada popular

En el minuto 79 de partido Markel Susaeta saltaba al césped de San Mamés por última vez. La grada le recibía con una gran ovación. Al final del choque, homenaje del Club a los tres jugadores que se despedían, protocolario en exceso comparado con la emotividad del dispensado a la leyenda del Celtic Billy McNeill, con Carlos Gurpegi haciéndoles entrega de sendos recuerdos. Vuelta al campo seguidos de sus compañeros y homenaje, esta vez más emotivo y visceral, de la grada popular. Los tres jugadores se acercaron a ese córner norte donde fueron recibidos, cantados y aplaudidos, mientras una pancarta daba las gracias a Markel. Momentos muy emotivos y que seguro ayudaron a pasar el mal trago. Una lástima que para ese instante San Mamés presentara ya un aspecto esquelético. Ciertamente fueron las mejores imáganes de la despedida de estos tres leones, los cuales fueron finalmente manteados, uno a uno, por sus compañeros, antes de enfilar rumbo a vestuarios en sus últimos pasos sobre el césped de San Mamés, su campo de toda la vida. J.V.