Jon ORMAZABAL
Pelota

El último techo de Ezkurdia

El de Arbizu busca su primera final del Manomanista ante un rival al que no ha ganado hasta ahora.

El pasado fue, sin duda, el curso de la consagración de Joseba Ezkurdia en la elite manista. Junto a Zabaleta, en el Parejas, pasó el Rubicón de su primera final y luego llegaron las txapelas de ese mismo campeonato y el primero individual, el del acotado ante Jokin Altuna en Iruñea. Así que la final Manomanista, la más esperada de la temporada, es su último techo, el que pretende alcanzar este sábado ante Mikel Urrutikoetxea, un pelotari al que nunca ha ganado en el mano a mano en toda la cancha.

El reto es, por lo tanto, doble. Triple si contamos que le toca jugar en el Bizkaia, «que no es el mejor frontón para mí –ha perdido los tres partidos del manoamanista disputados allí–, pero es lo que ha tocado y saldremos a por todas». Por ello, en la elección de ayer se decantó por las pelotas más fuertes, con el firme propósito de imprimir un ritmo más alto al partido.

Los dos precedentes en esta disciplina se disputaron también en el recinto de Miribilla, con triunfos del de Zaratamo (22-19 en 2016 y 22-13 en 2017), pero el de Arbizu ha dado un salto importante desde ese último cruce. «Desde entonces han pasado dos años y he dado un paso adelante, siento que hago mejor las cosas y que soy mucho más regular. Debo agarrarme a eso y venir a por todas, sabiendo que es un partido muy complicado», apuntó Ezkurdia.

En este sentido, admitió que ha aprendido a pelear cada tanto, a no salirse del partido a pesar de encajar grandes parciales en contra, algo que pagó caro ante el de Zaratamo. Esa fue, a su entender, la clave de la semifinal del último acotado, en el que pudo ganar a Urrutikoetxea en su feudo de Miribilla, un triunfo que sirve para «cargarse de confianza».

Mejorar de derecha

Las sensaciones en su estreno de este año ante Erik Jaka fueron positivas, especialmente por su respuesta cuando el de Lizartza lo apretó, pero también es consciente de que no gozó lo que debía con su derecha, el primer propósito de mejora para competir ante Urrutikoetxea.

El vizcaino también disipó de un plumazo las dudas que podía tener al batir a un Oinatz Bengoetxea que siempre se le había atragantado mano a mano. Olvidada ya la mononucleosis que lo debilitó el año pasado, las sensaciones en los entrenamientos han sido muy buenas y ahora le queda demostrarlas el sábado vestido de blanco. Pero la mejor prueba de que se siente fuerte es que, además de prever un partido duro, lo desea «porque será entretenido y la gente lo podrá disfrutar».

La txapela de Oinatz Bengoetxea en el Manomanista de 2017 es la última de su empresa, de la que es el único representante en estas semifinales, pero no por ello siente una presión especial. «Para nada. Yo cada torneo intento hacerlo lo mejor posible, si consigo buenos resultados es bueno para mí y para la empresa. Yo trabajo para una empresa, que es Baiko, y quiero lo mejor para ellos y para mí», apuntó el delantero de Zaratamo.

En el habitual reparto de halagos de estas citas, Urrutikoetxea alabó la volea de Ezkurdia, pero no cree que debe «obsesionarse» con ella, sino centrarse en poder hacer bien su juego.

Aspe no renovará a Andoni Ugalde

Aspe dio ayer a conocer que, con solo 24 años y tres de profesional, el delantero oiartzuarra Andoni Ugalde jugará su último partido con la promotora eibartarra el próximo 16 de junio en el Antzizar de Beasain.

De esta forma, el puntillero guipuzcoano, que no atravesaba por su mejor momento deportivo y fue eliminado del Manomanista de Promoción por Aitor Aranguren por un contundente 22-6 en cuartos de final, es un nuevo caso de pelotaris jovencísimos que se ven obligados a dejar el cuadro profesional con un recorrido cortísimo en la máxima categoría.

Con un gran palmarés como aficionado, debutó con solo 21 años y ahora, solo tres años más tarde, tendrá que buscar acomodo fuera de las grandes empresas. Está por ver si esta baja traerá consigo un nuevo debut. El riojano Lerena es uno de los candidatos, pero en su caso firmó un precontrato con Baiko. J.O.