GARA
BRUselas

Los candidatos a presidir la CE coinciden en la necesidad de abordar la inmigración

Los seis candidatos a presidir la Comisión Europea (CE) propuestos por los partidos políticos del club comunitario (Spitzenkandidaten) midieron anoche sus fuerzas en un debate electoral en el que hablaron de empleo, migración, seguridad, populismo y cambio climático y en el que coincidieron en la necesidad de encontrar una solución al fenómeno migratorio. Los dos grandes partidos, el PPE y el PSE, coincidieron en la defensa de «un gran plan para África».

El aspirante del PPE, el alemán Manfred Weber, subrayó que la única opción es «sin duda, una solución europea», e instó a combinar el control de las fronteras comunitarias y la responsabilidad humanitaria.

El candidato del PSE, el neerlandés Frans Timmermans, lamentó las muertes en el Mediterráne, se opuso a multar a los barcos que rescatan migrantes y apeló a la solidaridad.

La danesa Margrethe Vestager, por el liberal ALDE, defendió «una solución estable de largo plazo con la misma urgencia que se salvan las vidas en el mar», y recalcó que la inmigración está «para quedarse».

Como candidato de conservadores y reformistas, el checo Jan Zahradil tildó de «error» de la CE el sistema de cuotas, que «solo profundiza la fractura entre el Este y Oeste», y defendió el derecho a conceder o no asilo.

Por los Verdes, Ska Keller defendió la solidaridad europea mientras que el candidato de la Izquierda Europea, el belga Nico Cué, hijo de un inmigrante en situación irregular que escapaba de la España franquista, consideró «un enorme drama humano» la inmigración.

«Spitzenkandidaten»

Los «Spitzenkandidaten» es el sistema de cabezas de lista por el que se elige al presidente de la Comisión Europea, pero podría tener los días contados ante la próxima renovación institucional europea.

La CE y el Parlamento quieren mantener el sistema bajo la premisa de que refuerza la conexión con el votante y la legitimidad del elegido, que sería el «número uno» más votado. Pero la futura Eurocámara estará mucho más fragmentada y los dos grandes partidos, PPE y PSE, podrían no reeditar la gran coalición que en 2014 aupó a Jean-Claude Juncker a la CE y a Martin Schulz a la Presidencia del Parlamento.

Además, el Tratado de Lisboa apunta a que el resultado electoral sólo debe «tenerse en cuenta» cuando el Consejo Europeo nomine a un candidato para que el Parlamento lo avale.

En este contexto, varios miembros del Consejo rechazan el «automatismo» de este sistema, del que critican la lejanía de los cabezas de lista respecto al ciudadano europeo.