Koldo LANDALUZE
CRÍTICA «Casi imposible»

Entre la irreverencia y la sátira política

En una escena de la película le recuerdan al personaje encarnado por Seth Rogen que su rol en esta su historia «casi imposible» compartida con la muy inteligente, tenaz, liberal y atractiva secretaria de Estado que aspira a ser la nueva inquilina de la Casa Blanca y que encarna Charlize Theron, es una especie de variante enloquecida de “Pretty Woman” en la que a él le corresponde el papel de Julia Roberts. Algo de ello se asoma a lo largo de esta comedia romántica que aspira a ser una sátira política –o viceversa– y que cuenta entre sus suculentos engranajes argumentales con la afilada pluma de los guionistas Dan Sterling y Liz Hannah.

Lamentablemente, todo se queda en una acomodada tierra de nadie debido a que su intento por pretender ser mordaz y satírica nunca se cumple por completo. Charlize Theron y Seth Rogen son los principales beneficiados del filme ya que componen con acierto sus respectivos roles dentro un proyecto engalanado con un buen surtido de gags y situaciones que alternan la mala leche a la hora de abordar la realidad sociopolítica de occidente y su afan por hacer pasar al respetable un buen rato mientras disfruta con las accidentadas peripecias que comparte una pareja protagonista que aglutina en sus roles respectivos diferentes elementos enraizados en la realidad política estadounidense más actual. Ejemplo claro de ello es el personaje de Theron inspirado abiertamente en la política demócrata Alexandria Ocasio-Cortez.

Detrás de la cámara Jonathan Levine se contenta en lograr el equilibrio de un conjunto en el que alterna lo indie y el mainstream y que sacrifica las posibilidades de un argumento que, en manos más atrevidas, hubiera dado un resultado mucho más incomodo pero acorde a lo que se intuye en la trastienda del guion otorga gran relevancia a los secundarios y lanza guiños a autores como los hermanos Farrelly.