Iñaki LEKUONA
Periodista
AZKEN PUNTUA

Mission Pays Basque

AMacron le precedió su mujer, que llegó la víspera a Ezpeleta engalanada para la ocasión con un chaquetón rojo pimiento que denotaba un conocimiento profundo de la región que había venido a visitar con el fin de preparar la contracumbre oficial de agosto. Y es que, según nos relata la prensa francófona local, Brigitte ha decidido organizar para las consortes del G7 una reunión paralela en la que se abordarán en toda una jornada «el patrimonio, la artesanía y la cultura vascas», demostrando que nuestras preocupaciones se comparten también en la alcoba del Elíseo.

Es, nos cuentan con un guiño cinematográfico, la misión que ha venido a cumplir la esposa del presidente, en un remake de ese despropósito de la comedia gala que titularon Mission Pays Pasque y que acaparó cartelera justamente en la época en la que los Macron se acomodaban en su nido presidencial. Y como en aquella cinta, en el escenario de un Biarritz desalojado y como buen comediante que es, el presidente sobreactuó hasta el ridículo cuando le preguntaron por el proceso de paz o por ese mismo euskera que su administración está llevando a la asfixia por falta de medios.

Ayer, para dejar claro su apego por esta tierra, los mirage de la patrulla aérea volvieron a surcar nuestro cielo para teñirlo una vez más de azul, blanco y rojo en otra aventurada y patriótica misión.