Iñaki IRIONDO

Mister Marshall no poteó en Gasteiz este fin de semana

Entre el viernes y el domingo Gasteiz acogió la «Final Four» de la Euroliga de baloncesto, aunque el montaje ocupó el centro de la ciudad desde muchos días antes. Los que entienden coinciden en que deportivamente el espectáculo ha sido grandioso, aunque los gasteiztarras habríamos preferido que entre los cuatro equipos que llegaron a esta final hubiera figurado el Baskonia. Para hacer balance, no podemos olvidar que este tipo de acontecimientos exige un enorme gasto de dinero público, exenciones fiscales y un «voluntariado» también exento de derechos laborales. Las instituciones contestan a las dudas planteadas hablando de los enormes retornos, no siempre contantes y sonantes, que generan la publicidad de la marca-ciudad en toda Europa, el gasto en hoteles y el consumo en la hostelería. Siempre hay una empresa consultora que hace cuentas que, como la lechera, suman y multiplican.

Pero en Gasteiz la impresión generalizada es que no ha sido para tanto. Y si hablas con los bareros te dirán que reforzaron plantilla en balde con camareros que mandaron de vuelta a casa e hicieron acopio de barriles de cerveza que en las próximas semanas se irán consumiendo. Hicieron caja los hoteles que acomodaron a los miembros y trabajadores de la organización y los restaurantes vips que les dieron de comer y cenar. Las aficiones extranjeras no se alojaron en Gasteiz, unos porque se dieron cuenta de que los precios de las habitaciones eran un timo y otros porque los paquetes contratados les llevaron a Donostia o Bilbo, o a Logroño o Burgos.

El caso es que a la hostelería se le prometió una avalancha como en fiestas y se quedaron en un fin de semana apañadito. Para ambiente de verdad y buena caja, el final de Korrika. Quizá el modelo no sea el de invocar Mister Marshall sino el de la participación popular de nosotros los pueblerinos.