Amparo Lasheras
Periodista
AZKEN PUNTUA

5, 7, 46 trabajadores muertos

Durante la campaña electoral han muerto 5 trabajadores en accidentes laborales, uno de ellos a causa del amianto. Cinco vidas acabadas injustamente en medio de un clamor electoral de mensajes y promesas por ser los mejores en gestión, en ideas, en transparencia, en honestidad, en fiscalidad y hasta en justicia social, los mejores en construir un futuro para Euskal Herria y Europa. La mayoría de medios y partidos han pasado de puntillas sobre el tema, sin duelos oficiales y con silencios a medias, como si esas muertes fueran una inoportuna molestia social, cuando lo importante era convencer de que, aquí, la economía va viento en popa a todo vela como el bergantín pirata de Espronceda y, con ella, el empleo, los derechos laborales y el bienestar de la clase trabajadora. Estos 5 muertos, y los otros 7 habidos en lo que va de año, constatan el trágico testimonio de que alguien miente descaradamente. Los trabajadores fallecidos, incluidos los 46 que perdieron la vida en 2018, han sido víctimas de la codicia neoliberal del empresariado; es decir, de la precariedad, la subcontratación y la falta de derechos laborales, implantada con la reforma laboral. Según las normas electorales, hoy, es día de reflexión, el día que decidimos. Estas muertes y sus porqués, son razones suficientes para no votar a los gestores de unas políticas que matan.