Karlos ZURUTUZA

Envenenan al opositor abjaso favorito antes de los comicios presidenciales

Confirmado el envenenamiento de Aslan Bzhania, candidato favorito a las elecciones presidenciales de agosto, la oposición ha exigido su aplazamiento e investigar un suceso que no es novedoso y evidencia la crónica inestabilidad de la república caucásica.

El Parlamento abjaso confirmaba oficialmente el pasado fin de semana que Aslan Bzhania, candidato a las elecciones presidenciales, había sido envenenado. Bzhania, favorito en las encuestas para las elecciones presidenciales, programadas para el próximo 25 de agosto, ingresó de gravedad en un hospital moscovita el pasado 19 de abril, donde permanece aún con graves problemas respiratorios y sin poder hablar. Dos días después de su hospitalización, dos de sus guardaespaldas fueron tratados tras presentar los mismos síntomas, aunque estos últimos ya han recibido el alta.

El envenenamiento de Bzhania también fue confirmado por un laboratorio de Munich, al que uno de los familiares del candidato había enviado muestras. El informe alemán apuntaba a una alta presencia de mercurio y aluminio en la sangre, si bien se realizó después de que Bzhania se sometiera a sendos procedimientos de purificación de la sangre, algo que apuntaría a que los indicadores iniciales fueron casi críticos.

Casi todos los expertos coinciden en que el único motivo para envenenar a Aslan Bzhania sería impedirle participar en la campaña electoral presidencial de Abjasia. La oposición ha pedido el aplazamiento de los comicios hasta otoño a la vez que un comunicado firmado por diversas personalidades públicas de Abjasia ha pedido una reunión de emergencia a la vez que se exige una investigación exhaustiva sobre un «acto criminal que busca eliminar a una de las principales figuras opositoras».

 Abjasia consiguió su independencia de facto de Georgia en 1993 tras una guerra breve pero salvaje que se saldó con miles de muertos y la expulsión de la población georgiana, la mayoría de etnia mingrelia. A día de hoy, esta república del tamaño de Nafarroa cuenta con el reconocimiento oficial de Rusia, de Venezuela, de Nicaragua y de la isla polinesia de Vanuatu.

Casi tres décadas después de su desconexión con Georgia, la vida política de esta república ha estado marcada por la inestabilidad así como por sucesos que recuerdan al de Bzhania. Sin ir más lejos, Vladislav Ardzinba, primer presidente de la Abjasia independiente, murió en un hospital de Moscú tras ser presuntamente envenenado con sustancias radioactivas. Asimismo, el convaleciente Bzhania era cercano a Alexander Ankvab, antiguo presidente hasta que tuvo que huir en 2014 tras el asalto a su palacio de grupos opositores leales a Raul Khajimba, el actual presidente. Antes de aquello, Ankvab sobrevivió a seis intentos de asesinato.

 Desde el Centro de Estudios Estratégicos de Abjasia, Dunya Basol, investigador, descarta la tesis que apunte tanto a Tbilisi como Moscú tras el atentado.

 «Georgia hace tiempo que no interfiere activamente en la vida de Abjasia. Por su parte, tanto Bzhania como los otros cinco candidatos son abiertamente pro-rusos», subraya Basol. Según el investigador, Bzhania era el único candidato con opciones de ganar las elecciones por lo que, de no presentarse, la pugna entre el resto los contendientes queda mucho más abierta.