El Festival de Cannes clausuraba su 72ª edición al mismo tiempo que París ardía entre gases lacrimógenos y chalecos amarillos. Ha habido de todo en esta edición, probablemente lo mejor del año estaba aquí: biopics, musicales, cine de lo real y la última de Tarantino generando expectativas como solo él sabe hacer. Poco ha cambiado en la alfombra roja, sigue pareciendo un desfile multicultural Disney trazando la línea en la que habitan los dioses del cine. Un jurado presidido por González Iñarritu decidía con acierto premiar con la Palma de Oro al surcoreano Bong Joon-ho por “Parasite”, una película que va más allá de la maestría formal y narrativa que preceden al realizador para convertirse en una cruda e ingeniosa crítica al sistema capitalista. Entre otros galardones, el Premio del Jurado ex aequo fue para Ladj Ly por “Les miserables” y para Kleber Mendonça por “Bacurau”, el Premio al Mejor Director se lo llevaron los hermanos Dardenne por “Le jeune Ahmed”, la Mejor Interpretación Femenina fue para el maravilloso trabajo de Emily Beecham en “Little Joe” y el Premio a la Mejor Interpretación Masculina la recibió Antonio Banderas por “Dolor y gloria” (no pudo felicitar a Pedro Almodóvar por la Palma de Oro). Hubo una Mención Especial del jurado para el cineasta palestino Elia Suleiman por “It must be heaven” y la Cámara de Oro recayó en “Nuestras madres”, del realizador guatemalteco César Diáz, una ópera prima que habla de las más de 200.000 víctimas y 45.000 desaparecidos que dejó la guerra civil en Guatemala. Sin restarles importancia, los premios que recibían Albert Serra y Oliver Laxe hablan muy bien del cine que se está realizando en la periferia de la industria. El director y artista catalán Albert Serra merecía el premio Especial del Jurado de la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes –dedicada a películas innovadoras– por su arriesgada y provocadora cinta “Liberté”. El cineasta catalán participó en la Quincena de Realizadores con “Honor de caballería” (2006) y “El canto de los pájaros” (2008), y presentó en sección oficial fuera de competición “La muerte de Luis XIV” en 2016. Asimismo el franco-gallego Oliver Laxe se llevaba el premio del Jurado, equivalente a una medalla de plata, por su filme “O que arde”, un bello y poético acercamiento a la Galicia rural. Con este galardón, Laxe ha recibido tres selecciones y tres reconocimientos. Con su primer largometraje, “Todos vós sodes capitáns”, se alzó con el premio FIPRESCI de la Quincena de Realizadores de 2010; con “Mimosas” mereció el Gran Premio de la Semana de la Crítica 2016.