Pablo RUIZ DE ARETXABALETA
REVOLUCIÓN SANDINISTA Y SOLIDARIDAD VASCA

UNA MIRADA A NICARAGUA ENTRE LA ÉPICA Y LA NOSTALGIA

LA ÉPICA DE LA REVOLUCIÓN SANDINISTA SE MEZCLA CON LA NOSTALGIA DE LO QUE PUDO SER Y CON LA DECEPCIÓN DE LO QUE NO DEBIÓ SER EN LOS TESTIMONIOS IRRECONCILIABLES DE SUS PROTAGONISTAS QUE RECOGE “LAVA Y CENIZA”, DEL PERIODISTA TXEMA GARCÍA QUE, EN LA CENIZA DE AQUEL VOLCÁN TAMBIÉN RECOGE LA HUELLA DE LA SOLIDARIDAD VASCA.

Un collage de testimonios intenta dibujar cuatro décadas de transformaciones, obstáculos, avances, retrocesos y contradicciones, y la huella que queda hoy en Nicaragua de la Revolución sandinista.

Las palabras las ponen protagonistas del volcán de cambios que supuso la Revolución, quienes la llevaron a cabo, la dirigieron o la contaron.

Y en sus relatos son ineludibles las visiones antagónicas de lo ocurrido en las últimas décadas y, sobre todo, en el último año en el país: «rebelión cívica» o «golpe de Estado».

“Lava y ceniza”, publicado por Txertoa, es la aproximación del periodista Txema García a las cuatro últimas décadas del sandinismo en Nicaragua. Desde el 19 de julio de 1979 hasta la crisis desatada el año pasado y que aún golpea al país centroamericano. Su objetivo, señala el autor, que sea útil para el debate y «reflexionar sobre las dificultades que afronta cualquier proceso de transformación social».

La llegada del García a Managua, donde descubre un paisaje aún con huellas del terremoto, pero distinto al que conoció como periodista en aquel país en la década de los ochenta, sin consignas revolucionarias, sin «cheles» internacionalistas, donde «nadie te llama ‘compa’» con más coches, introduce el trabajo.

Arranca con el testimonio de varias mujeres, cada una de las cuales vivió la Revolución en distintas edades y que ahora rescatan, no sin dolor, las luces y las sombras en un «ajuste de cuentas» con lo que fue su proyecto de vida.

Según explica García, no ha conseguido un equilibrio en los testimonios por la falta de respuesta de voces del sandinismo en el poder. Y aunque deja en manos de los entrevistados evitar un relato maniqueo, las posturas son totalmente opuestas.

Así, exministros y cargos de los organismos sandinistas –como Sergio Ramírez, Víctor Hugo Tinoco, Jaime Wheelock, Gloria Carrión, Gioconda Belli o Ernesto Cardenal– arremeten contra la «piñata» –el reparto de bienes del Estado tras la derrota del sandinismo en 1990– los pactos con la iglesia o el clientelismo del actual Gobierno.

Pero sobre todo son demoledores los ataques contra la pareja presidencial –Daniel Ortega y Rosario Murillo–, a la que ven como una mafia aferrada al poder que han destruido el sandinismo.

Su análisis de lo que queda de la Revolución va del relativo optimismo de Gioconda Belli, que observa que dejó «un empoderamiento» que ahora se refleja en las protestas, al contundente Ernesto Cardenal, que asegura que «del sueño revolucionario no ha quedado nada. (...) un sueño, luego una pesadilla».

Paz, elecciones y socialismo

Todo lo contrario que los testimonios del sandinismo oficial, entre ellos Carlos Fonseca Terán –hijo del histórico fundador del FSLN.

Para ellos son quienes abandonaron el FSLN quienes se beneficiaron de la piñata y traicionaron el sandinismo. En un relato sin conexión con los anteriores, señalan cómo el regreso del sandinismo al poder ha supuesto la recuperación de algunos de los logros que los gobiernos neoliberales habían desmantelado en educación, sanidad y socialización de la propiedad. Y coinciden en que lo vivido desde abril es un intento de golpe basado en mentiras.

Para Fonseca, el objetivo a corto plazo es «la paz sin impunidad»; a medio, ganar las elecciones y «a largo plazo, el socialismo».

Precisamente, son los posibles escenarios de futuro con los que García concluye este mosaico de narrativas irreconciliables.

También entre la épica y la nostalgia se mueve la memoria de miles de vascos que tuvieron a Nicaragua como referencia y el triunfo de la Revolución como propio, con la que se cierra el libro: Organizaciones de solidaridad, campañas, movilizaciones, conciertos, proyectos de cooperación y miles de brigadistas que viajaron al país centroamericano. Muchos de ellos se reconocerán en esas páginas, seguramente buscarán respuestas en ellas y probablemente añadan nuevas preguntas.