Ingo NIEBEL
CRISIS POLÍTICA EN AUSTRIA

El «Ibizagate» deja a Austria sin canciller y en «stand-by»

El canciller conservador Sebastian Kurz (ÖVP) es la más reciente víctima del escándalo político bautizado como «Ibizagate», protagonizado por su ex vicecanciller Heinz Christian Strache, del ultraderechista FPÖ. Después de una moción de censura destructiva, Kurz ha perdido el cargo y el país queda en una suerte de limbo político.

¿Adónde vas, Austría?. Las elecciones anticipadas, previstas para principios de setiembre, sacarán a la república federal alpina de su actual «stand-by» político pero no está claro qué rumbo seguirá después. Hay tres opciones sobre la mesa, una es poco probable y las otras dos llevan el signo de interrogación. El resultado de los recientes comicios europeos sirve de orientación pero no aclara el futuro. El 26M demuestra justamente que cada día que pase aumentará la amnesia en el ámbito de la política.

Dos semanas después de que un vídeo grabado en Ibiza acabase con el bipartito del conservador Partido Popular Austríaco (ÖVP) y del ultraderechista Partido Liberalista de Austria (FPÖ), todo parece casi igual. El ÖVP sigue siendo la primera fuerza política. Su entonces canciller Kurz pudo alegrarse del 34,5% del 26-M, que suponen un plus de 7,6 puntos. Solo 0,2 puntos bajó el Partido Socialdemócrata (SPÖ) hasta el 23,9%. Le siguió el FPÖ con el 17,2%, 2,5 puntos menos que hace un lustro. Los Verdes lograron el 14,1%, perdiendo 0,4 puntos. La quinta fuerza es el partido liberal NEOS que subió del 0,3% al 8,4%.

Su victoria electoral no sirvió de nada a Kurz. Menos de 24 horas después ya no era canciller porque el SPÖ, con el apoyo del FPÖ, lo tumbó con una moción de censura promovida por la escisión de los Verdes, el partido Jetzt. Kurz quiere preparar ahora su reelección en otoño,

La ruptura se originó a raíz del vídeo grabado en un chalet en Ibiza en 2017 , antes de que el FPÖ formara gobierno con el ÖVP. En él se ve a Heinz Christian Strache, que después sería el vicecanciller de Kurz, y a Johann Gudenus, más tarde jefe del grupo parlamentario del FPÖ en Viena. Los dos políticos explican a la supuesta sobrina de un oligarca ruso –según la prensa, realmente una estudiante bosnia políglota– cómo podrían hacer llegar dinero al FPÖ evitando el control de financiación de partidos y como podrían hacerse con el diario conservador “Kronen-Zeitung” para apoyar a los ultras. A cambio, Strache ofreció obras públicas a los supuestos rusos.

Los dos políticos dimitieron pero el resultado electoral demuestra que el FPÖ ha salido casi ileso. Perdió solo algo más de dos puntos, pero Strache incluso logró 33.000 votos extras, que gracias a una peculiaridad de la ley electoral austríaca, le dan un escaño en el Parlamento Europeo. El FPÖ supo contener las consecuencias del escándalo, centrándolo en Strache y Gudenus, y ambos reconocieron su error, que achacaron al alcohol, además de presentarse como víctimas de una conspiración.

En el universo paralelo, que comparte el FPÖ con su socia, la xenófoba Alternativa para Alemania (AfD), los malos malísimos son los medios de comunicación, cuando no los refugiados y los Verdes. En este caso son el diario y el semanario alemanes, “Süddeutsche Zeitung” y “Der Spiegel”, que destaparon el escándalo. Hasta ahora se desconoce quién y para qué encargó la grabación. Hay tres líneas de investigación. Una apunta a un abogado austríaco y a un detective privado, operando desde Munich; otra, a un grupo de artistas alemanes que se dedica a hostigar a la Nueva Derecha; y la última al exasesor de campaña del SPÖ y experto en «trucos sucios», el israelí Tal Silberstein.

Cara a setiembre, la opción menos probable es que el ÖVP y el SPÖ formen una Gran Coalición porque después de décadas, este modelo quedó obsoleto en 2017. La segunda opción sería una repetición del bipartito del ÖVP con el FPÖ, con Kurz de canciller y Norbert Hofer de vice. La tercera sería un tripartito liderado por el SPÖ de Pamela Rendi-Wagner con los Verdes y el liberal NEOS.